No existe nada más interesante que la conversación de dos amantes que permanecen callados.
Achile Tournier
La alcoba hasta su llegada era el gélido vacío. Día con día protoplasmáticamente, se hizo Ella.
Por eso, cuando partía no sentía su ausencia. Todo estaba en un continente, contenido por Ella.
Yo era la metamorfosis de la indiferencia al acto consumado. Ella, mudaba su piel en cada acto como lo hacen imperturbables las serpientes. Nunca pensé que dentro de mí había otro tan impetuoso.
Dormíamos despiertos, despiertos soñábamos. Soñábamos y actuábamos tan desmesuradamente como si ya no tuviésemos memoria y fuese la primera vez de una vez, que no habíamos tentado.
No recuerdo sino dos palabras que eran islas en el oceánico silencio: te amo.. era como ver tierra después de navegar las procelosas aguas que orlan su continente
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