29 may 2013

MARGARITA EN UN SUEÑO

                                                                                                                                       
 Sentado frente a la plácida bahía de Pampatar soñaba despierto,  comenzaba el viaje y sólo me desperté cuatro días  después de arribar a Caracas.

 Arrastrado por un constante viento de bienestar y energía, transfería todas mis cogniciones y acciones sonámbulas a mi alter ego que no hacía vida conmigo; me parecía al ya extinto personaje de la serie Kung Fu, Kwai Chang Caine, cuando encarcelado en cualquier pueblo del oeste se abstraía de tal modo que se transportaba a su infancia con su honorable maestro Po, a un templo budista de la remota China.

 Mi infancia y el mar estuvieron vinculados por una relación temor- amor reverencial, la cual se fue transmutando en la pubertad y en la adolescencia en lo que sigue siendo hoy: la mayor revelación de mi existencia. Su olor, su vigor, su inestabilidad, me hacen sentir mi esencia, que estoy vivo y dispuesto a seguir. Cuando lo evoco me da confianza en mí mismo y sentido a la vida. Tengo una imagen recurrente cuando todo me asfixia: fondeado en una marina de la Guaira me espera un velero de tamaño mediano, al que suelto las amarras y es capaz de llevarme a  alta mar, dejando atrás de la estela,  la tierra firme y sus contradicciones.

 Soy una suerte de amante platónico y apasionado. Me he ausentado del ser amado durante años y como por arte de magia al verlas- la mar, la poesía y la guitarra – es como si nunca me hubiese ido, con la intensidad y la novedad de lo recién descubierto, vuelvo, y hoy puedo añadir que en Margarita siempre soñé despierto contigo

                                                      
  Juan David Porras Santana  





28 may 2013

EL ADN DEL AMOR



                                  Para los que no sabemos amar

      Una espiral que nos dice tanto y se asegura lo dirá todo
      Si al final todo se explica con amor o la falta de este
      Entonces  todo está encriptado en la célula de cualquiera
      Jesús está codificado, vino al mundo para salvarnos, por amor

      Recordándonos que por cada clavo en sus rodillas, miles
      Millones habían evolucionado y su padre insistió
      Hubo entonces que resucitar y replicar infinitas vidas

      Radiación electromagnética desde el sudario 
      Amor, fuente inagotable que la hacemos exterminable
      Porque da mucho miedo lo que no entendemos, esotérico
      Como nos fascina decir magia, en vez de tracción a sangre

      Jesús dijo "La luz es para ser revelada, no oculta"
      El amor es luz pero ¿por qué lo ocultamos?, lógico:
      Porque no podemos demostrar lo que no metabolizamos

                                  Juan David Porras Santana
     
     


25 may 2013

INOCULAR EN PEQUEÑAS DOSIS LA MUERTE EN LA VIDA


                                                                                                   
A   Mi novia

 Son las 2:40 am, veo por segunda vez en la televisión el documental de  Michael Radford sobre la vida del genial pianista de Jazz Michel Petrucciani. La primera vez fue apológica, mi visión, esta segunda tibiamente humana. La razón: a toda gesta la impulsa una pasión, en el caso de Petrucciani , lo más “inmoral” de lo Dionisiaco  , el quehacer doméstico.
 Somos una especie tan aniquiladora que todos lo domesticamos hasta el sublime amor lo encapsulamos, hacemos con él, ampollas para inocularnos a piacere ó represarlo para que hinche el corazón como una vela balón. Así es nuestra poderosa máquina del movimiento perpetúo hacia nuestra última gran jugada, la autodestrucción ó la emancipación.
 Michel Petrucciani, sus ampollas las utilizó todas y compró cuántas pudo, era un adicto de la vida y sabía que la suya era de pronóstico reservado. Paradójicamente mientras más muerte se inoculaba más intensamente vivía, aun cuando su tiempo se reducía. Tomó la mejor decisión posible: domesticar a la muerte a punta de vida.
  Su punto de partida eliminar los énfasis, no existen paroxismos, solo lo ordinario, lo normal tanto que en ello radica el milagro, por ejemplo tocar 220 conciertos en un año fracturándose los huesos, sin siquiera sufrir o hacer un mito  de su esfuerzo titánico. Por el contrario, disfrutando, gozando una bola, como decimos en Venezuela, ese era su leitmotiv.
 Si además puedo tener inductores de bienestar, drogas, mujeres, amigos, esclavos, comida mucha comida y trabajo y más trabajo, éxito tras éxito. Estos excesos que   precipitan la muerte, lo hicieron el discípulo dilecto del libre albedrio.
 Hoy yace al lado de Chopin, dos tumbas iguales para dos treintañeros, Michel  la luz de un láser, Frederick la luz de una vela que se apaga desde siempre. El primero se envenenó con oxigeno y vivió para él, el segundo se protegió, le faltó el aire y se consumió como su romántica vela o su famoso la bemol. Ambos, sin  saberlo se replicaran para todos los para ti y todos los para mí.

Mi amiga Alicia Climent Navarro contemporáneamente con el documental, escribía  un poema  con una dedicatoria muy generosa- como todas sus cosas-“PARA TODAS LAS MUJERES QUE DESEEN CASARSE... PARA QUE SE LA DEDIQUEN A SU FUTURO MARIDO....EN EL DÍA DE SU BODA...BESOS...”, un tanto extrañado, me pareció romántico y leí el poema, me embargó por una parte el respeto de los votos litúrgicos y por otra, la revelación que había tenido en la madrugada- husos horarios- al ver el documental  sobre el gigante de 0, 95 metros Michel Petrucciani, la domesticación de la sublimidad. Todo esto presentado con una pulcritud sacramental:
VOTOS AL NOVIO.

El amor no es silencio,
ni tampoco palabras.
Es el sentimiento
que en él se labra.

Llega sin pedir permiso
dejando a tras la mente.
El amor es uno mismo
cuando se quiere.

En lo más profundo de mi alma
que mi desventura adula.
Es el calor de una llama
que lo envuelve y lo anuda.

Me siento vibrar en tus brazos
en un refugio de amor,
que anudamos con lazos
los sentimientos con ardor.

Refugio de un laberinto,
que en él me tienes atrapada
como ocaso de un instinto.
De ti estoy enamorada.

Este enlace no es una firma
ni tan solo un papel.
Para mi es el carisma
dulce como la miel.

Y esto te lo entrego
hasta el fin de nuestros días.
Que significa el fuego
que en mi alma encendías.

Te entrego esta alianza
como fruto de mi amor.
Que es la esperanza
para siempre los dos.
Alicia Climent Navarro
 De inmediato le comenté: Alicia, así siento que es el amor: artilugio, poesía y gran escenografía que aunque llega al hastío por pertenecer al mundo ideal, nos compulsa como la heroína a querer más y más. Para siempre morir de un amor, jamás lo suficientemente bien correspondido. Felicitaciones Alicia, tu amigo, Juan David.
 El amor es un planeador que hace breves aterrizajes, gozosos, perversos y estruendosos pero que como los huracanes cuando tocan tierra por largo tiempo se desvanecen.
 ¿Quién de nosotros no quiere volar en ese planeador? Petrucciani y Alicia hoy me permitieron planear entre crestas abruptas, suaves valles e infinitos mares.
 Cuando ya en tierra   me despedía de mis  avezados pilotos,  haciendo señas con mi largo brazo derecho extendido, ellos seguirían el derrotero de los iluminados, y yo apenas los perdí de vista, sentí que mi cuerpo ya  había generado  contrafuertes como las grandes ceibas del amazonas que por falta de raíces profundas, los necesitan para sostenerse.
Michel en la madrugada- como cuando estabas vivo- me susurraste: yo no soy un hombre, soy como se imaginó Henry E. Steinway, EL PIANO, porque ese armatoste luctuoso con dentadura de Louis Armstrong, necesita de un espíritu objetivo y ese soy yo
Alicia en la tarde de hoy me declamó que este silencio vaga por el mundo y tal como ella lo previó, en una campana de cristal lo atrapó para que las novias del mundo siempre tengan un dilema:  levantar la campana y dejar que se escapen los votos o a través del cristal poder mirar y escuchar la eternidad de su ideal.


                                                                 Juan David Porras Santana

24 may 2013

EL CANTO DEL GALLO LOS DESPERTÓ




               
A Sonia Vakeiro



Fluía el agua debajo del puente, su sangre era tan espesa

Que en sus venas se hacían islas y en sus besos licantropías

Una gata desde algún confín maullaba porque sufría

Un arpón le desgarraba, mil sombras la engañaban



Los geranios estaban encendidos sobre piedras calizas

Un jet  como un diestro pincel trazaba en el azul el blanco

Tumbada sobre la hierba todo lo contemplaba, rojo, azul, blanco

Se desdibujaba su punzante alegoría del que sería su amante



Fluía el agua debajo del puente, su sangre era un tsunami

Arrastrando islas, precipitando besos, ahogos y resurrecciones

Mil se hicieron uno, uno que sería como el marfil, siempre



Eran las seis de la tarde y el canto de un gallo los asombró 

Estaban ahítos, pendían sus carnes desde la consumada pasión

Vestidos seguían desnudos como los caídos ángeles de Dios.



                                              Juan David Porras Santana






ESTELA MARINA
                                              Para Patricia Díaz

Navego frente a la costa hostil del mar del cantil


Un fatigado leopardo interrumpe el horizonte del desierto


Avanzo, avanzo, no porque se disipa el leopardo


Sino porque la estela raya el espejo del agua.

                                             Juan David Porras Santana

22 may 2013

LOS VERBOS QUE INVENTARON LAS MUJERES PARA HACER CIVILIZACIÓN

                                                                   
                                                                          A Andy Cárdenas


Mientras dormían los primeros, la noche se hizo carne, sabía a mujer
Antes la noche era como el día, pulsión coital, horror con sangre y hiel
Apareciste mujer y contigo la seducción, el arte de hacer y deshacer
Todo a partir de ti se construía y por ti era arrasado por ser la mujer

Nos enseñaste mujer que el secreto del placer era soñar, esperar y dar
Con tanta astucia que hasta el día de hoy, nos hacen cortejar y cortejar
Y nos creemos astutos que cuando te alcanzamos,  estamos  derrotados
Porque somos hombres y queremos arrebatar y la recompensa celebrar 

Somos miopes de corto aliento, no entendemos tu glamorosa estrategia
Como cuando niños jugando al médico, las queríamos explorar
Y algo les decía a ustedes: que torpeza, si supieran lo  fácil que  es

Los tentáculos infinitos de las mujeres nos convierten en piedra
Como hacía la medusa de los griegos con los incautos que la veían
O por el contrario nos llevan a aguas profundas, y revivimos, mujer 


                                                                Juan David Porras Santana

16 may 2013

LA BIPOLARIDAD ES CURABLE SI REDUCES AL YO A yo y SUSTITUYES EL ESTAR POR SER







Intento- parece ser con mucho éxito en los últimos tiempos-  sentirme liberado de mí mismo, no preocuparme en demostrar lo que en el fondo no soy: un libérrimo

Soy un hombre de pocos momentos de felicidad y de muchos tormentos, inexplicables y no por etéreos menos ciertos y dolorosos, así es la bipolaridad.

Me resisto a ser amado, solo quiero ser aceptado, eso sí, con bombos y platillos, con manifestaciones expresas de complacencia del alter ego

Mi naturaleza me  insiste: eres animal sentimental, más que racional y yo le respondo: creo que tienes razón pero esa escisión desproporcionada, lo que manifiesta es mi predisposición congénita y la configuración llevada a término por las circunstancias. Ella me pregunta: ¿Podrás lograr un equilibrio a posteriori con esa extraña conformación?.

Los médicos me diagnosticaron desde manía – depresiva (bipolaridad) hasta esquizofrenia. Era obvio, había un desajuste en mi proceso de aprendizaje: todo lo sentía, no lo racionalizaba, en otros términos tenía predominantemente percepciones sentimentales valorativas y no cogniciones intelectivas, que me inducían a errar con frecuencia.

Luego estas equivocadas interpretaciones de la realidad, se convirtieron en actitudes que en muchos casos anularon mis aptitudes: qué penosa infancia, que inconsistente adolescencia y hoy con 57 años, descubro que todo era imaginario pero igual de real y por ende poderosamente perverso.

Muchas veces me he preguntado, si soy tan tímido, si tengo pánico escénico, ¿Por qué soy buen orador?, probablemente, por narcisismo; tengo miedo de ser y de compartir la existencia de tú a tú. Es más fácil y alimenta mi ego voraz, dictar una charla a un auditorio de 300 personas que irme con unos amigos de farra y hablar de mí y de ellos. Así de grande es mi terror: el de un imponente león cobarde. No, no, no, ¿qué digo? pero si soy valiente. He buceado rodeado de tiburones, claro está, los escualos no me juzgan.

Necesitaba urgentemente un continente para mi disperso y disoluto contenido. Lo comencé a buscar en el prozac, litio, lexotanil, terapia cognitiva, psicoterapia., alcohol. Siempre lograba una revolución: giro o vuelta que da una pieza para volver a su posición original. Un círculo vicioso.

La solución siempre la supe, pero por su naturaleza era inaceptable para mí despótico  prepotente y todopoderoso “yo”: simplemente valor. Enfrentar los fantasmas, que de niño no me permitían dormir sin mi fiel compañera, la luz eléctrica.

Un esclavo de mi propia incertidumbre (siempre me parecieron fabulosas la historias de la mitología griega, donde los hombres estaban a merced de los dioses). Qué equivocado; si lo maravilloso es tejer tú mismo tu destino, saber que cada acción tiene una consecuencia y es responsabilidad tuya, con ellas modificas y forjas el mundo real en libertad. Ahora soy, no estoy ni efusivo ni triste , simplemente vivo , alerta , y reconociendo cada objeto o sujeto del ontológico mar exterior.                                                                       


                                                                         Juan David Porras Santana


CARAPÁLIDA


 
         

Pienso en una rosa. Ella juega con sus espinas
Rompo el espejo de agua. Ella complacida moja su cabellera en la cascada de aguas cristalinas
La rosa es  carne. Ella gozosamente me muestras sus encías, que de tanto mango son amarillas
    Los témpanos del miedo siguen la deriva. Ella traza una estela de sangre en cada brazada
 La miro y la miro. Ella se sabe la elegida
El tornado  verde, es lo vivido en la estancia. Ella trata de encontrarlo, sin éxito en su madre, simplemente no acepta  que  esté circunnavegando la redondez amplia de la tierra.
 La he visto  desnuda. Ella  insiste que nunca deja sus vestes
Seguramente la soñé como ella dice que siempre me ocurre
Me siento extraviado en el mar de sombra y de agudo colmillo.
 Ella me toma de la mano y me muestra con ternura  que entre su alma y la mía, media la uterina rosa sumergida.
Juan David Porras Santana

14 may 2013

CUNDA

    
                        Para las mujeres inteligentemente exquisitas, como tú



Descubrí que no soy disciplinado por virtud,
sino como reacción contra mi negligencia ;
que parezco generoso por encubrir mi mezquindad ,
que me paso de prudente por mal pensado ,
que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras
que sólo soy puntual para que no se sepa cuán poco
me importa el tiempo ajeno”.
                                                                                                      
          “Memoria de mis Putas Tristes”
           Gabriel  García Márquez


Siempre supe que el  fondo de ti es parecido al que nos topamos los buzos, cuando una vez  que rompemos el espejo de agua  tratamos de alcanzarlo y nos cuesta inmensamente, hay que desprenderse del cuerpo y dejarle la maniobra al alma para alcanzar el objetivo. Una vez allí, ocurre todo lo contrario, volvemos al cuerpo para deleitarnos de la casi antigravedad y del vértigo de lo azul profundo.

No son muchas nuestras experiencias en inmersiones simultáneas.
Mi memoria que es especialmente reconstructiva, se ha encargado en transmutar la esencia de esos descensos y lo que recuerdo de manera más vívida son los ascensos y la bocanada de aire fresco cuando llego a la superficie.
Esto me ocurre  porque  simplemente obedezco a mi religión: si quieres ser feliz no preguntes.

Soy todo lo contrario a ti, mi amiga del saber, tu capacidad para hurgar, desentrañar, lamer el tuétano, te permite un ejercicio incansable del “hacer para no morir”.

Como las buceadoras de esponjas del Japón,  no usas traje para protegerte, y como éstas te sumerges casi siempre sola, lo que aguza tus sentidos y te da más autonomía.

 A diferencia de ti,  esa actitud obedece en el caso de las apneístas orientales, a la necesidad mecánica de la subsistencia. En tu caso pareciera que requieres penetrar al género humano para comprender lo que sentimos, y sobre todo confirmar las miserias de lo demasiadamente humano, de manera tal  de asimilar el: “en cambio a mi” como un ejercicio racional y no como lo que realmente es   un grito desgarrador que lo que pide es un tantito de lo cotidiano; ese, no te preocupes, ya pagué la luz eléctrica mi amor, la llegada sorpresiva de unas rosas un domingo a las 6 de la tarde.

¡Ah! bajar la guardia, quitarte la capa heroica y el arsenal de armas secretas: siempre lista mi llave para “tragar harina”.

 El “Yo lo sabía” quisieras que en algún instante se convirtiera en: “no lo puedo creer que bueno, me está pasando a mí”.

Gracias a tu amigo gay, se abrió una espita para que te dejes querer, no permitas que se cierre, los buzos de aguas profundas no te perdonaríamos tener que volver tan pronto a la superficie sin disfrutar del azul profundo de tu ingravidez.

                                                             
                                                    Juan David Porras Santana




12 may 2013

LA VIDA ES NUESTRA




                                   

                Para Daney Bohorques ,  Duquesa del Neiva

Razón tienen lo neoyorkinos en pensar que la vida está en la ciudad. Aun cuando soy panteísta, siempre me olió  a podrido  aquello del buen salvaje, del retiro a las islas del adiós. La candela está donde se desarrollan las relaciones humanas con todos sus matices e intensidades. Hay fuego en el 23……….

Pensemos por un momento como cambió nuestra visión del mundo, cuando contemplamos atónitos las primeras vistas de nuestro planeta azul desde el espacio exterior. No es lo mismo sobrevolar el Salto Ángel que ir al encuentro de su caída. La visión de un indio Pemón de su Churún Merú es introyecta y circunspecta; La de Jimmy  Ángel  amplia como el horizonte. ¿Existe un salto dialéctico entre el Pemón y el aviador? ¿Nos perdimos de algo? Es un abismo insalvable y se perdió el puente que luego tratamos de sustituir con la hilvanación histórica y retórica. En el primero hay intimación en el segundo asombro.

Es lo mismo que estar frente al toro o verlo desde la barrera. O estar en la barra contemplando a la distancia que relacionarse. Se parece mucho más hacer el amor al ver al objeto de nuestro deseo, que conversar con él. Asombrosamente el llamado acto más íntimo, es tan íntimo que ninguno de los involucrados abandona su concha. Sientes y sueñas al mismo tiempo y eso me ocurre a mí en catatonia, tal vez sea más, percibir que sentir, pero en el primero se aguzan más los sentidos y se convierten en sigilosos espías a las ordenes del sentimiento. 

Es odioso comparar magnitudes e intensidades, sobre todo en las cualidades de un sentimiento que depende mucho del estado circunstancial del alma. Por eso lo sensato es dejar que se escancie lo vivido para tomar perspectivas desde todo los ángulos que nos permite la comprensión holística del ser. Es como cuando perdido en una vasta llanura, la visión desde un montículo te permite conseguir el rumbo.
Con los sentimientos de siempre, un beso     
     
                                              Juan David Porras Santana