Quien en nombre de la libertad renuncia a ser
el que tiene que ser, ya se ha matado en vida:
es un suicida en pie.
Su existencia consistirá en una perpetua fuga
de la única realidad que podía ser.
José Ortega y Gasset
Exánime al fin me encontré a mí mismo
Siempre prefiguré lo mejor de mí en aquello
¡No, cuanta pretensión idealizada!
Era un bastardo más de la codicia
Un hijo espurio del linaje de los diplomáticos
Puro amor, puro encanto, nada me importaba
Porque mis pretensiones eran inalcanzables
Y como el astuto zorro decía:
no como las uvas, porque todavía están ácidas
Mi oráculo era y será el gran carajo de Ortega
Como él, mi sangre
corre por mis venas hacia la derecha
y mi corteza de fina caoba
es ciega y rojo púrpura
Mi camino vital plagado
de circunstancias trascendentes
Que a pesar de mi yoismo
son el perfume de mi anecdotario
Así que cuando exánime me hallé
de mi caverna, huyeron todos los pájaros
Yacía sobre un lecho de espinas
y nada , ni nadie me acompañaba
Opté como siempre por resignarme
a correr sin mirar atrás para no sufrir ahora
sino un poquito más tarde
Juan David Porras Santana
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