Tengo cerca de tres semanas,
escuchando el canto algo triste de una paraulata llanera, asombrosamente canta continuamente sin descanso de noche y de día .
Lo hace como una llamada de amor a la hembra. Deben de estar difícil las cuitas
en el mundo de las paraulatas . Milagro hoy con la lluvia llegó su media naranja y cesó su clamor .
La paraulata llanera- Mimus Gilvus-
es un pájaro típico de nuestros amplios
llanos pero les gustas acercarse a las ciudades por la facilidad de conseguir alimento.
Caracas mi ciudad natal, cuenta con cerca de 5 millones de habitantes que convivimos
en un estrecho valle casi en condición de hacinamiento.
Dios nos bendigo porque al norte de este valle colgante
– 1000 metros sobre el nivel del mar –se encuentra el cerro del Ávila una montaña
perteneciente a la Cordillera de la Costa, con una altitud máxima de 2.765
metros – Pico Naiguatá – No hay ninguna ciudad en el mundo – metrópolis- que
tenga una montaña como esta y delante de ella el cautivante mar Caribe. Gracias a Dios y a
la resistencia de los caraqueños frente
a las pretensiones de ir urbanizándolo -para variar de los políticos- se encuentra casi impoluta, así que tenemos desde paisajes
xerofitos pasando por selvas nubladas hasta llegar al sub páramos en estado prístino. Todo este escenario frente a nuestros ojos
todos los días y para el asombro del amigo lector, pocos lo conocen a fondo.
Uno de los pocos aciertos de la
políticas gubernamentales, fue construir un eficiente teleférico que permite
visualizar los cambios de paisaje en la medida en que vas ascendiendo. Al llegar
a la última estación, tienes una vista impresionante del Mar Caribe, al punto
que si está despejado y no hay calina puedes llegar a ver el archipiélago de los
Roques a 70 millas de la costa.
Se preguntarán muy bonito pero
que tiene que ver esto con la paraulata llanera. Mucho. Ya que nuestra ciudad contaminada,
sucia, abandonada por el gobierno es un reservorio de la más variada fauna que se puede
encontrar en una megalópolis.
Así tenemos que 500 especies de
aves, que representan el 36% de la avifauna venezolana están presentes en Caracas,
superior a las 445 especies autóctonas de Europa, imaginen por un momento un
continente de especies concentradas, en una ciudad de 433 Kilómetros cuadrados.
Razón tenía Alexander Von Humboldt, en recomendar
en 1801 a su majestad el Emperador de Prusia el cual sufría de afecciones
pulmonares el venir a Caracas, a pasar
una temporada en la ciudad como la definía él: era de la eterna primavera. No sólo
era el excelente clima y belleza paisajista, sino la hospitalidad y el nivel
cultural de la alta sociedad caraqueña. Dios, si el gran geógrafo hiciera desde su tumba un viaje
en el tiempo, se asombraría de ver
el Ávila intacto- fue el primer hombre que ascendió a su cumbre en la Silla de
Caracas en 1801 – para también constatar que en su valle la degradación urbanística, depredadora y
salvaje en la que convertimos los
habitantes de la otrora sucursal del cielo en el propio Averno .
Aun así Caracas te amo , tienes ese no sé qué y el Ávila que nos protege . Dónde de repente una paraulata canta denodadamente a su amada , como yo a ti , mi ciudad anhelada
Aun así Caracas te amo , tienes ese no sé qué y el Ávila que nos protege . Dónde de repente una paraulata canta denodadamente a su amada , como yo a ti , mi ciudad anhelada
Juan David Porras Santana
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