Abrumado por mi caos
cerré los ojos
Quiméricas figuras
se sucedían tenazmente
de pronto todo
fue blanco verde de ciego
estaba en el reino de los indolentes
Los auténticos,
que sienten y son indiferentes
Son como las estatuas de Buda
del intenso trópico de la India
La sensualidad mía decae
y se hiperboliza mi gravedad
Eso debió vivir Buda
cuando la iluminación lo cegó
Este hombre quiso mostrar
un sendero a los otros
yo me reconcentro en mí mismo
para apartarme de él
Vibra el suelo,
cascos de caballos de la edad de bronce
comienzo de mi ciclo
que por primitivo es imperecedera miel
Los risco a mi izquierda,
brama la selva inconquistable a la derecha
En el zenit, el Sol me dice
que mi vertical toca el centro de la tierra
Camino como una equilibrada ecuación ,
vencí al caos de mi corazón
Soy consciente de que asaltará nuevamente,
es una vibora de un veneno dulzón
Juan David Porras Santana
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