de la pintura venezolana: Armando Reverón
Albina la luz del Playón cegó sus ojos
y lo dejó desnudo frente a la delirante realidad
A escasa media legua de la costa la luz asoló
al gran Ávila y a toda manifestación corpórea
Lo extraño era que la trama de su enramada
persistía en sus geometrías vertiginosamente aladas
la palmera solitaria de la costanera se contorneaba
todo lo demás fue poseído por un blanco aséptico
La compuerta del tragaluz de su Castillete
era la córnea repleta de un aquelarre de células nerviosas
El crepúsculo que nunca vio, llegó en sepia
para expresar que el poder de la nada no era opuesto al todo
La locura vibrante era inquieta como la del Anacobero
Con excrementos sus últimos trazos, miseria materia
Angelito despabilado,
grandeza en el alba de los iluminados
Juan David Porras Santana
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