Obscuro creía ser, no veía la luz desde mis adentros
Entramados huesos, maraña de entrañas, vanos ciegos
La vida desde afuera es tan naturalmente continua
El horror de caminar a tientas, discurrir a cantaros
en esta inextricable caverna de la vida introyecta
La gran humanidad, cuelga
como un helecho
la sostiene la ciencia más exacta y el espectáculo fútil
bajé del escenario ¡ Dios que avanzada la del espíritu!
Góngora lo gritaba con algoritmos de verso y canto
Versos que encadenaban lo colosal de lo humano
Sí de ese que se devoraba sus entrañas para hacer poética
y con ella construir humanidad, no la transitoria
civilización
es esta espesura en las alturas de dónde dimana el alma
tan pura , que sola no la puedes digerir
te intoxicas por sus prístina esencia elemental
Los sentidos engañan, están diseñados para el mundo exterior
Escucho un si
bemol menor, que viene de la floresta
Coloso , si bemol menor
es ideal para el constructo de mi vida
en esa tonalidad discurro, me lo cuenta un nocturno de
Chopin
Juan David Porras Santana
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