Cuando el amor llega así de esa manera,
uno no se da ni cuenta. De esta manera
tan reveladora comienza la canción de Simón Díaz, Caballo Viejo.
Siempre para animarme alguna amiga me
dice Juan David, no te digas viejo si te ves muy bien. Lo que ella no imagina
es que yo nací viejo. Mi vejez de ahora, a la puerta de los sesenta es como
decía el gran director de cine sueco
Igmar Bergman: envejecer es como escalar una gran montaña:
mientras se sube las fuerzas disminuyen, pero la mirada es más libre, la vista
más amplia y serena.
En estos días les escribí de los
amores púberes en la vejez y me recordé de mi padre Juan Francisco Porras Rengel , ninguno como él . Con sus 80 años nunca
acuestas, vivido y consumidos hasta devorar la médula, iba por la vida tan
liviano- la carga la llevaban otros- como el sabio Bías quien como recordarán pasó
a la historia por este episodio de su vida: Amenazados por el ejército de Ciro,
los ciudadanos de la región en que habitaba el sabio Bias, huían despavoridos
cargados con todas sus riquezas.
Increpado por la multitud, que le preguntaba por qué caminaba tranquilo,
portando tan solo la túnica que lo cubría, Bias les respondió: OMNIA
MECUM PORTO: todo lo que tengo lo llevo conmigo.
A diferencia
de mucho de los vejucos que pululamos ahora en el planeta, porque le hemos hasta
perdido el respeto a la científica Esperanza de Vida, y no tenemos la decencia y comprensión de
morirnos cuando lo dictan las estadísticas para sostener los programas de
pensiones y jubilaciones, sino cuando se no venga en gana . Como ocurre en el
chiste muy castizo del padre que en Artículo de muerte, les dice a sus hijos si
me muero en Sevilla me entierran en Madrid, si me muero en Madrid, me entierran
en Sevilla, los hijos al unísono le reclaman ¡y eso por qué padre!, ¡coño
contesta, el moribundo padre , por jodé!
A estas altura para variar se
preguntaran Juan David, este es un manualito de chiste o una carta de amor, con
gusto les respondo, es que el “imposible” por la que habéis visto es el enamorado.
Imposible no, insoportable, que tipo más complicado.
La Dulcinea de mi historia también
tiene su toque pero de gracia, belleza, juventud, sensibilidad y una sencillez
de tanta humildad que a veces da hasta rabia. Coño es que acaso no se ha dado
cuenta de quién es. En fin uno nacemos faramalleros y otras, directo para el
cielo
La letra de caballo Viejo más
adelante dice: quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario
cuando las ganas se juntan. Como
mi Dulcinea agua clarita, que belleza de estrofa.
Que si estoy viejo , que si soy feo , que no es quincena y no he cobrado pa llevala el Caney de Lencha , pal carajo,
nada importa , todo pasa, solo el amor queda, siempre y cuando las ganas se junten.
Recuerdo era un mocito , un
carajito e invitamos a salir a un par de
jevas mayores y experimentadas , según se autopromocionaban , estamos hablando
de los comienzos de los años 70, me bañé , en esa edad es todo un
acontecimiento , me limpie bien a fondo mi partes pudendas, me imaginé que como
eran experimentadas haríamos el amor por primera vez nosotros , ellas se
suponía eran corridas y me puse mi camisa de pepas , porque mi amigo Erick , se
iba a poner la de bacterias , tomo el frasco de colonia Pino Silvestre Vidal –
para ocasiones especiales – y se me vino
la brillante idea de rociármela en los
testículos – pelotas- pelotas las mías, disque para atraer la atención de la
dama . El chillido se oyó en el supermercado
Central Madirense , viva mejor por menos. Recuerde que esto es medio siglo atrás , ahora
es según el Presidente Maduro, nos instruye: no coman tanto que por eso no les
alcanza el papel Toilette , parecen patos , no gente .
Dios todos aquello preparativos y la chica me dejó parado y sin vista, diciéndole
a Erick, coño ese tipo con esos ojos tan chiquito y esa tomuza- afro. Debe estal
endrogado. Pue las ganas no se juntaron . Con el permiso de las 345.621.999.999.999
novias en el ínterin que no me quisieron pero les caía de un simpático. Ya lo
sé estoy pensando en ti, tú eras diferente .
Pasaron muchos eclipses de luna, huracanes,
ciclones , terremotos , versos , acordes y escalas y hoy a escasos meses de los
sesenta , hace su fulminante entrada una “ yegua alazana” y como dice la canción
del Tío Simón: el potro da tiempo al
tiempo porque le sobra la edad , caballo
viejo no puede perder la flor que le dan, porque después de esta vida no hay
otra oportunidad.
Así que nos vemos esta noche en Facebook, en
Tagget, en Twoo , twitter , en WhatsApp, no te preocupes que todavía no lo haremos
en publico , perdón público .
Juan David Porras Santana
¡Magistral escrito!
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