Un día con asombro
llega tu poder
Se transparenta el ser
fugitivo de la infancia
Tu reino más allá
de la quimera, sangra
La contención de los muros
cede a la alquimia de tu cuerpo
La adrenalina es,
vértigo placentero en su montaña rusa
Ya no hay vuelta atrás
ni consideraciones espurias
La piel despierta al roce
del algodón de tu sabana
Martirizas con idas y venidas
a tus palomas mensajeras
que sin encontrar alter ego
se precipitan aterrorizadas
desde los acantilados de furia
que orlan tu ardiente vientre
Sí ya eres mujer
pero no aceptada
por la recalcitrante farsa
En el otro lado del mundo,
sí en esa ignota isla, te festejan
y te entregan a un hombre
que todavía no lo es , ni lo será
será el gran llanto de las púberes
y ancianas mujeres de la tierra
En la orilla del río meditas
¡oh alondra de las resignaciones!
La arcilla con que se te esculpió
es tan dúctil que aprenderás
a soportar que ser mujer
es un milagro que te sacrifica
Juan David Porras Santana
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