Cuando
emprendas tu viaje a Itaca
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
pide que el camino sea largo,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
No temas a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al colérico Poseidón,
seres tales jamás hallarás en tu camino,
si tu pensar es elevado, si selecta
es la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.
Ni a los lestrigones ni a los cíclopes
ni al salvaje Poseidón encontrarás,
si no los llevas dentro de tu alma,
si no los yergue tu alma ante ti.
Todo está dentro
de nosotros porque lo que está afuera apenas lo vemos lo incorporamos de manera
transmutada, adaptada a nuestro sistema
cognitivo y valorativo. Realmente somos el centro del universo, nada es objetivo,
el mundo real está allí pero lo interpretamos no sólo racionalmente sino
emocional y sentimentalmente. Por eso
escogí la poesía como instrumento para expresarme. Recuerdo cuando leí a
Herbert Spencer que decía: la poesía,
considerada como un vehículo del pensamiento, es especialmente impresionante
debido, en parte a que obedece todas las leyes de intervención eficaz, y en
parte porque al hacerlo se imita a la naturaleza mediante expresiones de
emoción.
DEGRADARSE ES
TAMBIÉN AMAR
A
Casia la última Etrusca
Soy barro de muchos
lodazales
Aprieto fuerte tus caderas
Me afinco zángano
sobre tus nalgas
Al principio no me
reconoces y te da miedo
no de mí , sino del
abismo que represento
Porque te he susurrado
al oído, lo codiciado
Tu secreto más íntimo
lo he hecho pan
y como Cristo comí y
bebí de tu cuerpo
A diferencia de sus discípulos,
con ansias
por la abundancia de tu festín, de mi hambre
nada sacia en esta
dimensión del cuerpo y el alma
todo va cediendo como
al paso de la ardiente lava
Sólo hay súplicas en el fondo de tu mirada
Sólo hay temerarias insinuaciones
en mis manos
Se extiende como una sábana
tu piel blanca
rojas son un enjambre
tus arterias henchidas
de sangre recientemente
rescatada de lo más
intimo
Ya no eres, estás
transitando intermitentemente
Yo no quiero dejar de
ser el espectador
de nuestra degradación
que sin temor nos llevará a reconocernos
cuando estando
perdidos , nos apretemos fuerte
Juan David Porras
Santana
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