Oye, si, es contigo ¿por cuánto
susto bruto te has paralizado frente a la aurora? Tengo tanto tiempo tratando
de escoger la palabra consoladora, acaso ese no es nuestro lado claro,
humanamente solidario. Una bandada de azulejos asombrosamente me recuerda que
convivimos con una belleza difícil de superar, la de la naturaleza, y aun así
lo hemos logrado, Sonata Claro de Luna de Beethoven El mestizaje que eleva mis endorfinas al
confín de las Hespérides. Sin necesidad de cumplir las tareas hercúleas,
simplemente con salir a la calle a caminar.
Exquisitas manifestaciones del alma humana, coexistente con las más atroces.
Siempre imponiéndose lo constructivo,
sobre la hecatombe, El sol rojo entre las palmeras delirantes de las islas
Salomón frente al apocalipsis. El cálido
y tierno abrazo de la humanidad en completa oposición a los pederastas, sociópatas,
avaros de aquella callejuela tenebrosamente sórdida y por lo mismo perecedera.
El rubor que se hace incendio en tus mejillas, cuando un beso esperado
estalla como una rosa encendida. El planeta consternado por apenas 2°C menos de
temperatura y la confianza en que los positivista hace tiempo que derrotaron al
determinismo radical.
La pobreza más cruenta que sensibiliza el corazón y acera los caracteres,
hace que hoy, los encantadores de serpientes, mercaderes del hambre y la
miseria queden al descubierto.
Vienen grandes cambios, por supuesto en su transición convulsos,
traumáticos pero sobre todo confusos,
creeremos en muchos momentos que se está perdiendo la batalla de la democracia
de la igualdad de los derechos civiles, véanlos como lo que son: ajustes
necesarios para la victoria social más importante de la historia : la primera
era global de la democratización de las oportunidades y de la solidaridad más
humana . Un sueño, tal vez, desde el albor de la consciencia.
Juan David Porras Santana
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