Mientras el tigre no puede dejar de ser tigre,
no puede destigrarse,
el hombre vive en riesgo permanente
de deshumanizarse.
José Ortega y Gasset
Lo que me queda de humano es un poema
que se inicia con la nada
y aspira abarcar el todo
Que mi animalidad no sea domesticada
para rastrear el sustantivo
para ser verbo que no cesa
Inmoralidad que ruge para ser temida
Pensamiento que entra en el oscuro hueco
y allí hiberna asido por hirientes raíces
Con el pecho abierto recibo la luz del día
A mi derecha mis lebreles irán de cacería
A mi izquierda ánimas benditas son mis palabras
Hemorragia, hasta el último latido
Perfume de heliotropo en el mar abierto
Poesía de blancos caballos, libres sobre las arcillas
Juan David Porras Santana
No hay comentarios:
Publicar un comentario