9 abr 2014
LA VIRGEN DE LA OTRA ORILLA
Arde en tus ojos un misterio, virgen
Esquiva y compañera…….
Antonio Machado
Turbulento el río amenazaba
yo en una orilla, la Virgen en la otra orilla
Mi sangre estaba en ebullición,
percibía la de ella gélida y lenta
Sabía que nuestra relación
Sería más que dos miradas que se encuentran
Era sorda a mis palabras
la turbulencia las callaba, los cuerpos se reclamaban
Me incitaba desde sus misteriosos ojos
que calibraban nuestra distancia
Sabiendo que nos volveríamos el todo
Desterraríamos a la nada
Jamás desistiría, tenía que ser mujer antes que madre
Estaba allí para ser desflorada,
ya la hastiaba ser inmaculada
Yo he podido ser otro,
aun cuando estás orillas nunca habían sido holladas
pensé ella tiene claro, el deber ser
que de ella, la había hecho nada
por eso lograría esa tarde el milagro que le faltaba
Ser mujer antes que un hada idolatrada
Tenía que hacerlo con tracción a sangre helada
Sintió que el agua que cruzaba, la hacía ferviente carne
Cuando alcanzó mi orilla, la penetré sin mediar palabras
Su gemido, le mostró como su hijo
había sentido la lanza en un costado
Trancados de mutuo respeto y amor
no podíamos dejar de ser y estar
Allí se decidió la suerte de Eva y Adán
Juan David Porras Santana
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