La vida de un hombre es la biografía de su desorden
El Añalejo
Siento tus huesos que rozan con los míos
Estamos tan cerca, tan cerca
que nos confundimos
Lates al ritmo de mi corazón
y yo me desboco hacia el tuyo
Ambos miramos
como el horizonte cierra su curvatura
Quiero acelerar los acontecimientos,
mientras tú los detienes
Es la diferencia
entre caminar hacia adelante, así soy
Y tú que serpenteas
como los grandes ríos del trópico
Al final desembocamos
siempre asíncronamente
Por qué no aprendí a detenerme,
a esquivar los obstáculos
A escuchar tu eco
que resonaba siete veces, detente
Un disparo disipa una mancha de aves
que oscurecen el cielo
Mientras tú quieres saber si alguno murió
Yo corro a ver hasta dónde
está el cielo libre de ellos
Ser y estar son tan diferentes,
mientras eres, no te importa dónde estás
Mientras estoy me disperso
en tantos seres
como exigencias tenga el entorno
La sonata que ejecuté para ti
pudiste comprenderla en su todo
Mientras yo tocaba Alegro, Adagio y Final
y era una forma en desorden
Me gusta tanto seguir el camino
de tu ropa íntima que vas abandonando
Lo haces por mí
siempre has sabido que para reconocerte
necesito de las señales inequívocas
de una presa que quiere
que la devoren tenazmente
Juan David Porras Santana
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