LA DISTANCIA
La distancia es un ingrediente que
devuelve al amor,
el mismo gusto que la costumbre le
hizo perder.
Mayte GGlezz
Eran alrededor de
las 6 pm, la hora del ocaso vertiginoso pero intenso de la Bahía de Juan
Griego. Estábamos tan leves que cualquier perturbación nos
haría sentir el peso ineludible de la gravedad.
Estos
momentos eran los que habían permitido durante un tiempo que la
coexistencia pasara a un segundo plano y el devenir se convirtiera en la
proa del barco que avante asomara entre los delfines que juguetones la
cortaban, el largo diálogo que hasta el crepúsculo incendiario nos acercaba,
eso creía yo.
-Poeta, ¿Te parezco una mujer de pensamiento
preclaro?, preguntó, dudé en mi respuesta y con mi característica
diplomacia le contesté:
-En fin Mayte, a ver, ¿sientes inseguridad? , ¿Las conversaciones
previas han movido tus emociones, tus raciocinios?
-Me estás devolviendo la pregunta, aseveró; respondí:
-No, es que pareciera que dudaras de ti,
-Por el contrario poeta dudo de ti. De tu capacidad para precisar
y obtener de ambos, conocimiento, te lo voy a decir de manera directa, Juan
David eres un escapista.
Por vez primera
me llamaba por mi nombre y me sentí como un pez en la red.
-Sabes Poeta quiero pedirte que te distancies de mí, eres inocuo,
anodino, te falta fuelle para darle consistencia a nuestro diálogo.
Estaba asombrado,
estupefacto de la inesperada determinación. Sin decir nada, me retiré. El disco
solar había sido degollado por el horizonte y yo por Mayte.
Al día siguiente
estaba en Caracas, volví a mis quehaceres y no supe más de Mayte.
Transcurrieron tres años, hasta que un 26 de marzo de 2017, vi en la vitrina de
una librería de la Plaza Venezuela, un libro hermosísimo en cuanto a su
presentación, titulado, A MI SOLEDAD LE GUSTA LA TUYA; para mi
sorpresa la autora era Mayte GGlezz y se encontraba dedicando y firmando
ejemplares en el recinto de la famosa Librería Non Plus Ultra .
De
inmediato adquirí un ejemplar para que me lo autografiase, no había
notado mi presencia hasta que estuvo frente a mí, súbitamente se
incorporó y me abrazó, diciéndome: -Poeta
no hay un solo día que no piense en ti. Vámonos de inmediato de aquí, necesito
que continuemos nuestra abruptamente suspendida dialéctica.
Durante la caminata
hacia el Gran Café, no articulé una sola palabra. Ella hablaba hasta por
los codos y de todos los tópicos, a cual más heterogéneo.
Nos
sentamos en una mesa que daba hacia el boulevard de Sabana Grande y ordenamos
dos capuchinos. Me tomó de las manos con tanto afecto que hizo conexión conmigo
de inmediato.
-Poeta logré varios mundos del más allá, gracias amigo por no
interferir, durante estos tres años, jamás te lo hubiese perdonado. Te pude
vivir tal como lo conversamos en sueños que me hicieron dueña de tu destino,
por eso hoy estás aquí.
Era una ecuación lineal lo que derivamos de nuestras
conversaciones, recuerdas:” lo más revelador, lo que no está ni en el
sueño, ni en la realidad, ni en el verso, eso que llamas un mundo de más
allá, sólo a ti te pertenecerá. Por lo tanto si puedo soñar con tu nombre, si
en silencio te aprendo a querer, sin que lo sepas, serás tú mi hombre y aunque
lo ignores, seré tu mujer” .
Ergo si te sueño me perteneces aun
cuando tú no estés consciente de ello. Pero faltaba un elemento fundamental
para que se diera la alquimia perfecta y recordé: La distancia es un
ingrediente que devuelve al amor, el mismo gusto que la costumbre le hizo
perder.
Necesitábamos alejarnos, sin darnos cuenta
nos estábamos acostumbrando el uno al otro y eso no funciona en el amor, quita
la cara de asombro Poeta, yo no estoy enamorada de ti.
Cualquier relación requiere de distancia para lograr la perspectiva
que se va perdiendo con el acercamiento, y en un diálogo, somos dos, no uno y
en eso nos estábamos convirtiendo, empezamos sin darnos cuenta, a hacer
concesiones, relajamientos, perdimos la condición de alerta.
Me voy esta tarde pero quiero que nos veamos
en una semana en la Paz.
Para que veas que no hay fabulaciones en lo que te digo, quiero que la
dialéctica número (5), verse sobre el tema que sé, estás sumergido en él, el
inframundo del sexo . Si ya sé, es un salto dialéctico pero así eres tú, más
desordenado que un ataque Apache a una caravana de colonizadores europeos.
Juan David Porras
Santana
Poeta, cuentista y listo para la novela. Un placer leerte. un abrazo.
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