Sí, es mármol de Carrara y estuvo en los aposentos del emperador Calígula. Su blancura era tal
que fue un hallazgo que jamás se repitió.
Al obtener el bloque de la roca compacta, el
emperador ordenó a
los artesanos, la construcción de una plataforma que podía utilizarse de cama
o mesa.
Su secreto destino era
servir de exhibidor del hermoso cuerpo, casi tan blanco como el mármol de su
hermana Drusilla que como sabes Andrés, fue su amante incestuosa, a quien después de
su muerte, la deificó oficialmente como la representación viviente de Venus
Me asombra su
relato Rebeca, le dijo Andrés, le confieso que cuando me mostraba todas las maravillas que
había coleccionado su familia, fue su comedor con esta pieza única la que me
dejó en shock, espero que no se burle de mí, pero al mirarla de inmediato vi
extendida sobre ella una mujer desnuda y de su cuerpo emanaban terribles
escenas lujuriosas y podría asegurarle que era observada por un hombre alto que
disfrutaba. Será que las cosas guardan su historia cuando como esta, son
trasgresora de la moral, y sus pecados tales que aun cuando mueren los
personajes, en ellas queda impresa como en el más explícito libro lo acontecido una y otra vez.
Rebeca sin asombro
asintió con la mirada. De inmediato, sin articular palabra se despojó de las
vestes y se recostó sobre el frío bloque
de mármol que fungía de mesa. Metamorfosis de la alquimia más oscura,
transformó sus rasgos de señorita soñadora en una devoradora de hombres, invitando a Andrés, que atónito la contemplaba
a besar su pubis que enrojecía y se hinchaba en la medida en que éste se
regodeaba desde la vulva hasta el más inextricable laberinto de retorcidos
deseos y morbosidades.
Sobre la mesa
de mármol de pronto, cayó una túnica roja, Andrés volteo y frente a él, parado
muy alto, grueso pero de cuello y piernas delgadas, Calígula como lo había
hecho durante 2.000 años, disfrutaba .
Juan David Porras
Santana
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