Cadencia que reclama pertinazmente
tus febriles y carnosos labios tintos
Que crecen y estallan en mi boca
Viscosa las lenguas se persiguen
y se encuentran en la oscuridad
absoluta de nuestros olvidados instintos
brota la flor carnívora que nos devora
Somos aprendices de la magia oscura
con que el sexo más puro , aúlla
Los cuervos azules se congregan de redor
aupando con sus graznidos a nuestras manos
que recorren cada oquedad que oculta el cuerpo
Nos descubrimos magnánimos e insuficientes
Sólo nuestras retorcidas mentes serán el Santo Oficio
auscultando al demonio que todos llevamos por dentro
horror en el rostro de Torquemada , ¡Satán existe!
Preparan la hoguera para el exorcismo ¡Placer de ver !
Así somos a veces ángeles otras crueles demonios
Ardemos de placer untuoso, vejatorio y sin final
La gran debilidad, cuando crees que te abandonó
la carne te demostrará lo débil y feroz de tu sangre
Juan David Porras Santana
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