Todo acto del ser humano
hecha fundaciones en el territorio de su propiedad. En la medida que el
individuo sube en la escala ontológica hasta alcanzar la cúspide, el homo
sapiens su sentido de pertenencia se incrementa exponencialmente.
Posiblemente muchos pensarán
que los 80 kilómetros cuadrados que requiere
el tigre de bengala son los más celosamente protegidos por este felino. No se
comparan al de otro gran tigre de presa,
el corredor de acciones de Walt Street que cree tener en su puño a la aldea
global. Ni que decir de la codicia del
que ama, es infinita. Por qué usé el verbo codiciar como equivalente de
territorialidad Porque con el comienza la gran aventura del niño, cuando en un
acto súbito toma consciencia de que quiere lo que el otro tiene .Por el solo
hecho de poseer , tenga utilidad o no
para él .
Erich Fromm describe la avaricia como "un pozo sin fondo que agota
a la persona en un esfuerzo interminable de satisfacer la necesidad sin
alcanzar nunca la satisfacción."
Nuestro tigre de bengala ampliará sus 80 kilómetros cuadrados, sólo y
cuando no sea suficiente para sobrevivir. Nuestro Mrs.Gekko de las finanzas
jamás se podrá detener, siempre hay más en el abismo del deseo, sólo lo
detendrá el FBI.
Digo en mi libro Químicamente Puro: no desear es pecar. Refiriéndome a la castración que ejercen de
los pecados capitales sobre el ascenso del hombre.
Las leyes religiosas son el FBI, de la sociedad para poner freno al
deseo desmedido.
Sin ellas todo sería caos, primaría la ley del más fuerte. El más justo
sería aquel que llegue más lejos y esa carrera de galgos es contra la libre más veloz: Dios
Si hipotéticamente lo alcanzáramos, sería tierra de Dioses, no tardaría
en inventarse un Olimpo – como ya se hizo en la mitología griega- dónde habría
el más astutos , la más seductora , el señor de los mares en fin hasta llegar a
Zeus pero como los demás tendría debilidades y no son otras que codiciar , lo que no se es, lo que por antonomasia no
puedes tener , un humano, eso sí es
codicia de verdad , quiero lo inferior a mí , lo por mi creado , un circulo sin
fin que nos regresa al planteamiento del problema
¿Cuándo amo quiero más aquello que no es fácil de hallar, ni obtener?
Que placer el conquistar lo que se nos es negado. Una vez alcanzado
poseído hasta el hastío. Vuelve la tierra a girar como una ruleta para que sigamos codiciando
Dios pero estamos hablando ya de patologías. Tierra de psiquiatras,
psicoanalistas
De los grandes enfermos de la historia, Aníbal, Calígula, Nerón, Atila, Iván el terrible, Mao Tse Tung, Stalin, Hitler……. Todos ellos en su momento
acompañados de adoradores porque encarnaban desde a Dios como el asombroso caso de Hirohito que sus súbditos
se suicidaban por él, y que paso toda su vida en la gloria, sin castigo porque
pudo deslumbrar al general MacArthur , y no tuvo que abdicar . Hasta Hitler un
posible judío contrario fisonómicamente y genéticamente a lo que defendía la
superioridad de la raza Aria
Centro y con todo su verdadero poder, estás contradicciones afianzan la
naturaleza del ser humano que no es otra cosa que su avidez permanente que lo
mantiene alerta, despierto para desear limitándose por tener consciencia de la
autodestrucción y no del mal que infringe a los demás . Y el temor punitivo de
la ley de Dios y de los hombres.
Amar no está en nuestro ADN, lo aprendemos por eso vino al mundo Cristo, tenemos a un Gandhi, a un Mandela. Tienen que
enseñarnos a amar, recordarlo permanentemente sino estamos perdidos
De pronto agazapada desde mi memoria aparece la imagen de la Madre Teresa
de Calcuta la llamada Ángel de los Pobres y siempre mi intuición tuvo dudas
sobre su amor desinteresado hacia los
pobres.
Es que lo esencial en esta lucha de codicia, no es el dinero, es el poder,
alguien puede negar que después de recibir el Nobel de la Paz, la madre Teresa
no era un poder en el mundo, todas las puertas de los codiciosos se le habrían
porque la formula asesina es: suma aliados hazlos sentir más poderosos que tú y
tendrás el reino de los cielos, que por supuesto está en la tierra.
Hoy las investigaciones ratifican mi golpe de intuición, El Ángel de los
Pobres era uno de sus verdugos más implacables creadora de las Casas de la Muerte”,
decía la madre: “el mundo gana con el sufrimiento de los pobres “ allí en esos auspicios
no había higiene, analgésicos , mientras más sufrían decía , están más cerca de
Dios . “ Hay algo más hermoso que ver a los pobres aceptar su suerte, sufren
como la pasión de Cristo” . Ella fue atendida en los mejores hospitales y sus
privaciones eran grandes Reality Show.
Hoy como nunca creo en esa categoría que le escuche al fenomenal
Director y productor mexicano Guillermo
del Toro, la gente buena.
Le gente decente decía papá, maravillosas personas empáticas que sienten
el dolor ajeno, y no hacen de eso un
acto mediático, y que siguen principios básicos como lo primero es no
dañar de manera aprendida en el seno de sus hogares , allí es dónde está la
clave para dar ese gigante paso en la humanidad , que los niños de este mundo
nazcan y crezcan en familias de bien
Juan David Porras Santana
Me ha encantado la reflexión, pero siento humildemente discrepar, ya que considero que a amar no se aprende, se nace amando a la madre que nos trae el mundo, que nos da calor, cobijo y nos mantiene con vida.
ResponderEliminarLo que se aprende es a odiar, a diferenciar entre colores, religiones o ideas.
El ser humano nace puro, es la humanidad la que nos vuelve monstruos.
Un saludo
El Ser Humano nace inocente y amando de forma innata,sin malicia,sin codiciar ni deseando lo que no "necesita".
ResponderEliminarLa buena gente existe,aunque no parezca posible,en este mundo convulso en el que vivimos y padecemos,la indolencia y la apatía;dicen que privilegiados somos de tener y movernos entre tantos "adelantos" y "libertades",pero...he visto perderse hasta el tímido pudor y el Amor en la no vergüenza,y no es que sea puritana,pero creo que para todo hay un límite, somos humanos,no Dios o dioses.
Todos contra todos,parece estamos sin importar ya nada,pero...la Buena Gente,si existe aquí y allí,sólo es cuestión de querer escuchar y ver con atención,dejando a un lado la "flojera" adoptada por la mala costumbre de "obtener" todo con facilidad.