8 abr 2015
ÍNGRIMO DESDE EL FARO
Hasta la soledad que había hecho mía
me abandonó con ditirambo jolgorio
la entiendo son muy densas brumas
las de mis erguidas e inconmovibles
posturas frente
al inclemente e incierto mar
Solo una piel como la que me escuda
Podría soportar tantos puños de sal
El agua que gélida hace tiritar a mis huesos
Balanceo y cabeceo sobre la horizontal
Verticales murallas de agua retumban
Y se desparraman sobre si mismas
Y mi luz sigue ocultándose y encendida
Lejos antes de que se la trague la curvatura
Los tripulantes de una nave oran frente a mí
Contando los segundos en que oscila mi luz
Su capitán altivo pero aterrado sabe que soy vida
siempre que mi distancia sea la que en la carta
trazó con cálculos milimétricos que lo hacen dudar
Yo los miro y ellos a mi
Puedo sentir sus miedos en cambio
para ellos soy el faro del fin del mundo
La duda de aquella maravilla de Alejandría
hecha realidad
Se aferrarán a mí hasta que mi luz desaparezca
Entonces volverán a renacer
mientras me carcomen las tinieblas y la mar
Juan David Porras Santana
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Inquebrantable voluntad...de pie y fuerte,faro desafiante ante el mar te yergues, solemne ante su tranquilidad y belleza benevolente,tanto como a su furia titanica de Poseidon,dios ofendido.
ResponderEliminarAlgo similar al Ser,como al faro, le sucede...allí esta fuerte y de pie a veces orgulloso,más que humilde, rodeado de espesa bruma y recibiendo golpes de la Natura, soportando como guerrero antiguo,las más de las veces...embates fuertes por la ausencia y el miedo a sí mismo,pero que no le derrumban,si así lo decide.
Conocimiento y guía, heredó Alejandria a su descendencia y al hombre,el recuerdo de nunca jamás olvidar,quien le dio eterna vida.
Conocete a ti mismo y te encontrarás.
Gracias poeta Juan David Porras.
Un abrazo y beso desde México.