Diferir en lo que los mantenía como pareja, significó el
comienzo de una nueva vida .
Los halcones que todas las mañanas cazaban a las blancas palomas, cesaron´.
Fue la inequívoca señal de que se estaban repitiendo en
rituales que otrora fueron fantásticos
Esa mañana sintió ella nauseas, repulsión, asfixia, ganas de
salir corriendo.
Él lerdo como se autoimponía, al principio se asustó, cuando
se asomó por la ventana para verla correr, también vio como la bandada de
palomas blancas volaban, sin su depredador. La adrenalina y las hormonas del amor y de la cacería – que son
las misma-s se habían evaporado de ellos y su circunstancia.
Un baño de realidad que cayó como un balde de agua fría.
Se agotó el amor, ella pensó, él fue directo a dónde su mejor
amigo y le dijo: la carajita se cansó de mí, ya no la cojo bien, me doméstico y
lo que quiere es una fiera en la cama.
Y entonces dale duro le contestó el amigo. Él, resignado le
confesó: ya yo no puedo, la miro con ternura deje de ser su tigre de presa, en
mis brazos parece un cervatillo tembloroso, no es la hembra voluptuosa con la
que me hacía pedazos.
Pero mi pana, no hay peo, tengo vista una hembrita de 18
añitos que debe tirar divino.
Coño pana pero si tu tiene 53, esa carajita lo que te va es a
chulear, eso es al principio después se enamora,
será de otro le responde el amigo con
sorna.
Ella mantuvo un duelo de seis meses, cuando él la “dejó”, él
estaba de francachela al día siguiente.
La chama de 18, si estaba muy buena pero era informe en las cosas del amor. Él
acudía a ella cada vez que sentía ese sabor a desazón y frustración. Ella lo recibía,
como quién recibe a un amigo con derecho. Pero para ella todo estaba perdido. Para
él ,tener dos puertos de recalada le hacían un poco más vivibles el día a día.
Además los amigos le decían: coño te estás cogiendo dos culos que lechúo pana
mío.
A sus 50 años y a sus cuidados,
ella le debía la frescura y la lozanía que hasta la chama de 18 años envidiaría.
No tardó en aparecer entre tantos pretendientes, el que la hacía reír hasta desfallecer.
Gentilhombre por naturaleza y convicción, la cortejo y a la semana, Ella por
primera vez en su vida hizo el amor, asombrosamente los gritos que pegaba con
él y que éste creía que eran orgasmos, solamente eran climax sin ningún solución
de continuidad, nunca había alcanzado un orgasmo. Por fin supo lo que era acabar.
Ahhhh
Él la llamó y ella nunca más respondió. Asustado la perseguía y se enteró de que tenía pareja .
Coño no lo podía creer, mi mujer, a la que hice feliz en la cama , a la que
quiero más que a esta coñita que me tiene desplumado , vino un guevón y me la
quitó . Eso debe ser, chequera mata a galán. Ella se lo pierde.
Por las barras de la ciudad, él es famoso, corona todas las
noches con una diferente, bebe y bebe y
se pregunta de vez en cuando ¿coño cogiéndome tanto culito bueno por qué me sentiré tan solo?
Juan David Porras
Santana
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