Me siento tan aislado que puedo palpar
la distancia entre mí y mi presencia
Fernando Pessoa
Indolencia que esconde
su ferocidad en la indiferencia
Será que todo duele
tan de tu profunda forma corazón
Hiperactividad mental caótica
que impide la reflexión
Sobrecogedoramente asumes
el drama de la existencia
cuando siquiera respiras de profundis,
sangre que hiela y licúa tu afán
Mil personalidades
blancas y negras, sostenidos y bemoles
Mantener la esquizofrenia
en equilibrio de pronóstico reservado
Como el peso de la mole
de un elefante lo hace morir inmóvil
En algún lugar de la selva profunda
percute la tierra son sus tambores
Repta la gran cascabel muda
entre las raíces y los inmensos contrafuertes
Ditirambo a mi osadía
de presentarme como un ser vivo
Perdona mi maniqueísmo
con esto de jugar con la muerte
Confundiéndome con los zombis,
creaturas de la estupidez fabulada
Cuando sientes como te recorre
mi sangre en este cunnilingus
que descansa tu matriz,
adormece los ovarios y aviva la vagina
Sólo por ello me llevarás
e idealizaras mis mediocres acciones
Esperando que en la resurrección
de los muertos me afinque
sobre las curvas lujuriosa
de tus amplias caderas y sediciosas nalgas
Vamos anda espero
desde dónde siempre la nada descansa
Juan David Porras Santana