Mil pequeños peces blancos
Como si hirviera
El color del agua
Konishi Raizan (1657-1706)
Haiku
Qué intenso palparte muerte
Eres mis carnes y mis huesos
que huyen de mi alma inerte
Una estela de sagrados aguafuertes
¡Cómo valoro tu pulso de adagio!
¡Cómo forjo tu espada para mi muerte!
¡Cómo domo tu yegua impenitente!
¡Cómo ofrezco mi costado austral!
¡Cómo florecen las anémonas de mi memoria!
Convencido de uno de tus tantos nombres
Me permito ser irreverente para restarle
al rictus con que la ignorancia te viste de gala
Odaliscas contornean la danza de los idos
Brebaje para el insepulto y para lo que vivo
Nostalgias ancestrales me abstraen de tu sino
Judía berberisca que con furia me descifra
Ojo de Horus en mi perfecto desequilibrio
¿Para qué esperar tanto? Si soy el indolente
No lo decido yo me contestó, son tus ganas
Tus equivocadas conjeturas protoplasmáticas
y algo de mi indiferencia para que me pretendas
Juan David Porras Santana
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