Devota a mi presencia
Remonta mis cimas
Alcanza mis simas
Se explaya en mi línea recta
Tanta docilidad la confundí con el amor
Me malcrió hasta mi total dependencia
Mi mundo era tan suave, tan ligero
Que parecía un fofo bebé en la cuna
Días arduos vendrían, me arrepentiría
La inicial admiración quedo hecha estatua
Tanto que las palomas de la decidía me cagaban
a mansalva y no imaginan mi fobia a las palomas
Yo parecía un cachalote ella cada vez más bella
Ya no había aullidos y gemidos en la cama
Sólo los resortes de un colchón tan vencido como yo
Y una respiración forzada por la extenuación
De un viejo y agotado corazón cobarde
Ella no se quejaba, mi disminuida vida
la hacía emperatriz de un imperio ido
Mis desplantes y lances eran motivo de risas
Inocuo me volví un espectador de su cambio
Se había vuelto inquieta, alegre
Entraba y salía con tal desparpajo
Que me miraba con lástima
Y siempre me repetía:
Mi amor no te preocupes
Eres el bebé que no tuvimos
Por eso siempre te protegeré
Juan David Porras Santana
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