Soplan vientos que auguran
metamorfosis en la luna
Sin ti astro condenado a seguirnos
no existiríamos
Sin ti cuantos amores
flotarían en el mar como cadáveres
Luna te ves tan cerca
porque hoy me quedo en el llano
Al descampado, sin hoguera
y con la mente puesta en ella
Ella no imaginó
que la aciaga despedida terminaría en ti
Posiblemente prefiguró
que una ardiente oquedad me recibiría
Atravesé mi país
que es la cartografía de un Dios tan humano
Montañas , valles , mesetas ,
gente tan buena y allá en el confín, la sabana
Sí, nuestro ilimitado mar de tierra
que ni siquiera se comba
en la redondez indómita del planeta
Por qué no fui a la mar
a lavar mis penas
La marea la borraría de mi memoria
y eso no lo permitiría
Cuando amas a una mujer es ver tierra
después de atravesar a vela
por los Rugientes Cuarenta
el Cabo de Hornos y sus aullidos
ya sin esperanza de sobrevivir
atisbas los blancos glaciales y la tundra
allí cruzar representa el acto estoico por la vida
Así te siento mujer
siendo yo un navegante en solitario
el verte es toparme con una isla en la nada
Azar , pericia , intuición náutica, melancolía
Abandoné por ti el mar y la tierra me acogía
La luna esa noche
era el disco de un Atlas de la mitología
Que suspendido en el cosmos
Avanzaba con mi pérdida simulando su partida
El alba fue anunciada
por las aves de la madrugada
Mis ojos eran dos esteros en la llanura
Dónde se ahogaba la noche
más romántica y silenciosa jamás contada
Juan David Porras Santana
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