16 jun 2014

MI VIDA CON MAYTE


En la antípoda exacta, Mayte se reveló 
Mujer  que se opondría a mí 
Y por lo tanto alcanzó el zenit de mi amor 
Me ama tanto que es capaz de no llorar 
Otrora, no por mi,
se le secó el corazón de tanto hacerlo

Un águila blanca se tiño con su sangre
Y vino a mí con la serpiente en su pico  
Ofrenda de esa clase de amor tan antiguo 
que no podría ser entendido , arena milenaria 
claves insensatas , chamanica devoción

Un alud de dudas se cuece lentamente
Le fascina decantarlas en su alambicado corazón 
Ya que su certeza la dota de total premonición 
En este juego sagrado me he consumido a su lado
He palpado su dicha, es tan honda
que ni a ella pertenece ,
sólo a las criaturas de altamar 
de cuando en cuando
como las ballenas  vara en la playa 
todos la miran , la desean ,
nadie se atreve a entrar en ella
Como esos gigantes cetáceos
ha descendido hasta  las fosas del olvido
y reaparecido
cada vez que mi cruel arpón 
me hace el Capitán Abad
de su historia de amor 

Es nuez moscada, especias del arco menor 
Dicen sus ojos que su belleza es venenosa 
Advierten que no la toques
como el crótalo lo hace
a la temible cascabel  del  Pacífico Sur 
Seguro estoy que su linaje se conecta 
Con Afrodita y Platón
de allí  su dicotomía 
Y esa manera de ser que la hace 
La antípoda mía, mi sueño despierto y mi agonía 
Por eso la amo con la holgura
de un tiempo laxo y en el más explayado espacio 

Juan David Porras Santana 

  


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