No nos atrevemos a decir una verdad a gritos:
todo funciona misteriosamente gracias al mercado
Dejamos de ser animales cuando deseamos,
qué salto cuántico de la necesidad al deseo
Es el hueso que sube al firmamento en Odisea 2001 en el espacio,
sólo Kubrick lo podía plasmar
Millones de años lleva el reino animal sólo necesitando
y en el valle del Ribs todo está intacto
Nosotros en apenas 10.000 años transformamos la Tierra
al punto que las estrellas la desconocen
Desear el verbo prístino que tanto he buscado,
mi poesía con él será escrita,
por eso es mujer
Desear es codiciar,
Ya nuestros hijos nacen con los ojos abiertos para desear lo que el otro tiene
Ése es el eslabón perdido, la explicación de todas las civilizaciones,
sobre sus cimientos se construye el futuro
¡ oh qué horror! Estamos perdidos,
no, lo estábamos,
Ahora sabemos que no desear es pecar
contra el presente, contra la trascendencia,
contra ti , contra él , contra todos pero sobre todo contra mí,
así se inició la historia del hombre
Cuándo la madre Teresa de Calcuta desea erradicar la pobreza
está siendo egoísta y codiciosa
No quiere una parte sino el todo
Cuando Bill Gates quiere que todo niño africano tenga una computadora está codiciando,
está acariciando un sueño
como lo hace la frívola que acaricia a su gata
mientras compra un inmenso y perfecto diamante
Queremos todo lo que no tenemos
y cuando lo tenemos ya no lo queremos
Ningún evento del ser humano resiste la prueba infalible del mercado
lo escaso es caro, lo abundante es barato
¡Cuánto dio Fausto por la inmortalidad!
el alma
¡Cuánto se paga por los últimos atunes rojos del planeta!
¡Cuántas vidas y desgracias pagará Fidel Castro para ser Fidel Castro!
¡Cuántas oraciones está dispuesta a pagar Santa Teresa por la pobreza, la soledad y el silencio!
las que sean necesarias
La humildad es un recurso fantástico para esconder la codicia,
Cada acto del ser humano persigue un fin sea éste altruista o atroz,
Por eso aquello usado por santos y demonios de que el fin justifica los medios
Y como hemos visto no hay fin definitivo, pronto será sustituido por otro,
Así pensó Juana de Arco y el monstruoso Adolf Hitler
¡Entonces estamos condenados al entender que el deseo construye y destruye!
Sólo los valores de supervivencia y de trascendencia
podrán configurar al yo para la prevalencia
Juan David Porras Santana
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