La poesía no es verdad ni mentira, es lo que diga su
ritmo
El Añalejo
Las
raíces de la vida están en el espectro grave del sonido
Todo
se reveló con la aparición del fósil del tempo-ritmo
Israel
López – Cachao – es el eslabón perdido
Sabíamos
que era en África, pero necesitábamos sentirlo
Él
generó el puente de las voces oscuras al intelectivo Jazz
¿Puede
haber música en una nota aislada?
¿Es
que no te has dado cuenta que así nació el Universo?
Posiblemente
un si bemol, inaudible pero que inquieta a los caballos
Allí
siempre estuvo la clave, en lo limitado de nuestros sentidos
Hasta
que Cachao lo tocó en el registro humano y la Tierra se detuvo
Bebo
Valdés sintió que era empujado al ombligo del planeta
Su
brillante, colorido y melódico piano no pudo decir nada
Todo
se retrotrajo al primer momento, la primera onda acústica
Qué sociego del alma, por fin podíamos explicarnos
desde
la física y la abstracción hasta la filosofía
El
salto atávico de las planicies del Serengueti
a
una noche en Blue Note en la cosmopolita Nueva York
Juan
David Porras Santana
[1] Para leer este poema es
indispensable ver y escuchar el vídeo de la improvisación del tema Lágrimas
negras interpretado por Cachao y Bebo Valdés.