Ágata, marfil, el fémur de Lucy
Nunca hay silencio
en la sabana africana
Ni en el mundo
del silencio de Cousteau
Ni en vacío, porque se escucha
el sonido del silencio
Pero en mi amor hacia ti
es tal que reina el silencio
Que ni siquiera
tu poderosa mente lo predestinará
A veces hay que ahogar
a todos los sentidos para amar
El amor antes que espíritu es energía
De un cosmos todavía no revelado
Como nos inocula mil horizontes ciertos
Adrenalina, feromonas
gravitan por todo el cuerpo
enlaces bioquímicos más complejos
que el universo y la formación de estrellas
A placer, el saber que existe
me hace pasar
de la categoría de superviviente
A la de ser
omnipresente, omnicomprensivo
El universo y la vida
se vuelven circunstancias
Como no creer en Adán y Eva
Mientras desde la alturas
los Dios nos miran complacidos
y la gitana que nos leyó las cartas
asume lo sucedido con la certeza
con que su raza entiende
que hay que guardar el secreto
Juan David Porras Santana
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