6 nov 2014

LA TRANSFINITUD DE TI, MUJER





Si no fijara límites a tu ser
Ocuparías lo transinteligible
Serías lo volátil que no deseo
Te quiero sentir hincada sobre mis húmeros
Haciendo daño, despertando lo allí dormido
Desviando mi atención por tu devoción
Que no la entiendo pero la recibo
Como recibí el agua bendita en mi frente

Hoy quiero desarticular cada hueso
Hacer un artificio ajustable a mi cuerpo
A mis retorcidos y mórbidos pensamientos
Huyo de tu ser en sí que tanto me acosa
quiero verte como cuando sola en tu cama
te entregas  a los placeres nihilistas
y consumes tu dermis
entre la arquitectura perfecta de tu mano
Resabio de las épocas oscuras de los conventos

Te tengo que bajar como un astro al horizonte
Mi sextante me exige tiempo y espacio
La abstracción de ti es para filósofos
Y quiero que sientas que mis manos aprietan
Al punto que tus carnes moldean sus huellas
Surcos de labriego dejan mis penetraciones
Eres toda materia orgánica, sabías acaso
Qué cada célula sufre y goza de forma diferente

No te rindas que ya yo fui vencido
Estas aquí para resucitarme
Te he llamado por tu verdadero nombre
Lilith, la primera que se entregó
a la lujuria en el Mar Rojo

Juan David Porras Santana




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