Muslos blancos se desprenden
de las generosas caderas
Se sienta el palpitar
de una pantera negra en celo
Por las grupas me afincó
para poder hacerla gozar
Todo su recato
se evanece en un gemido
Venido de una hoguera
inextinguible del
pasado
Tiemblan las carnes
al son de cada
arremetida
Florecen desde su osamenta
las más insinuantes orquídeas
En su pensamiento
corre el agua cristalina
Bajando por la interminable meseta
Hasta desembocar
en el delta que se abre
en insuficientes raudales,
el caudal todo lo arrasa
Es un pantanal dónde
flotan los ibis escarlatas
Las toninas rosadas
juegan con sangre, lodo y agua
La selva es una orgía
de verdes bajo las aguas turbulentas
Desde la orilla siento su crecida
La fronda es una algarabía de sonidos
La fronda es el
último refugio de los animales
Mientas con impaciencia espero
Que ella me arrase en su onda más espesa
Trópico irreverente, mujer
telúrica
Como Maria Lionza sobre su danta
Conjuros, liturgia de los perdidos
Arrásanos para renacer
En el hermoso penacho de plumas
Del viejo y sabio Chamán de la selva
Juan David Porras Santana
Exaltas sin temor;hasta a la más discreta dama;fuente Aretusa que desde la entraña brota y no para;misterio mayúsculo guarda cada una de tus palabras,pero no así para quien al ojo avisor atiende y todo lo delata.
ResponderEliminarUn abrazo y cordial saludo poeta...desde el corazón de México.