Me remitió ayer mi amiga Maria Elena una etiqueta con la
frase siguiente:
En principio la frase me pareció adecuada a los tiempos que
estamos viviendo. Al analizarla más a fondo me di cuenta que la causa y el supuesto efecto
tenía plomo en el ala.
Le contesté más o menos lo siguiente:
Desde que logramos escindir el sexo del amor, nos dimos
cuenta de que son entidades que pueden funcionar independientes- inclusive en
el caso de las mujeres – y que a lo largo de la historia habíamos creado una
cosmogonía que como Dios, no supera las
pruebas de su existencia , lo tienes necesariamente que trasladar al plano
metafísico y de la Fe.
El amor en sí mismo es un acto de fe pero con características
ontológicas que como el sexo pueden distorsionar su comprensión.
Nuestra candidez estuvo en relacionarlo de manera inequívoca,
reciproca, proporcional y directa con el sexo. Nada más alejado de la realidad –
las excepciones confirman la regla, por si me hablas de Walter y tú - Desde Sodoma y Gomorra , la lujuria de los 7
pecados capitales , el Kama Sutra y las perversiones pornográficas del siglo
XXI , el sexo se erigió en un placer autónomo
con sus consecuencias dependiendo de su uso o abuso .
Yo podría decir que
una relación amorosa basada en el buen paladar, nos puede convertir en beodos y
pecadores por la gula. Al mismo tiempo permitió un acercamiento a la pareja que
pudo hasta llegar a prescindir del sexo y sentir que beber y comer formaban
parte del amor
Juan David Porras Santana
Diría que si buscas el amor en el sexo, es ahi donde es dificil de encontrar
ResponderEliminar