A Alicia Climent Navarro
De niño el ideal platónico me convirtió
en una representación de la realidad
Llegué a pensar que mientras
más patético el acto, éste se hacía real
Por lo tanto realidad era antagónica a lo ideal,
me decidí a vivir en sueños
Un mundo ideal dónde
podía contrarrestar a la vulgar realidad
En la medida que iba creciendo
descubrí las infinitas aristas de ese diamante que es la realidad
Al punto que me hice artista, músico,
que partiendo de abstracciones las convierte en claros de luna
Gracias camino rojo de arcilla, gracia crestas de las montañas,
gracias arpegios flamencos
Por ustedes soy un hombre que sintió
que horadar en el pantano era ver una garza blanca
Qué romper el espejo de agua
era entrar en el mundo del silencio y de las primigenias formas
Qué mirar en la copa de los grandes árboles de la Amazona
deparaba los siete colores de un tucán
Qué penetrarte bien adentro, mujer
cuando tus puertas se abren de par en par, es terciopelo cardenal
Pero nunca olvidé mis sueños,
muchos son hoy como los Dolmen, testigos reales de un soñar
Otros en cambio para conocerlos
tienes que descender al sótano y mi alma te los revelará
Y los más recónditos, jamás se sabrán
porque sueños fueron y si trato de realizarlos en sueño me convertirán.
Juan David Porras Santana
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