Al amor imposible
Ayer todo irradiaba
El verde del mundo vegetal estaba sonrojado
Un fresca brisa de pronto se hizo viento sostenido
Sus pies sostenían el mundo como los de Atenea
Y espléndidamente su cuello era un cisne enamorado
Me prometí amargamente no tentar a mi suerte
Sólo la contemplaba como si fuese un lago lento
del que de pronto una bandada de flamencos
que lo teñían de rosado , levantaran vuelo
y hacían del cielo un oasis que de mi sangre
a borbotones fluía por ella y para ella
Era la más desolada madrugada y solo la imaginaba
sobrevolando las islas pérdidas de ultramar para anidar
Allí mi dilatado corazón le hacía compañía, ella esperaba
Me alegré al ver que las aves en picada se suicidaban
Extraño tributo de machos que rechazó tantas veces
Una vez más, retornó a su cotidiana vida
Y yo con esas ganas de demostrarle
la redondez navegable de la tierra
vista desde el fondo del mar a través
del espejo de agua cristalina que nos separaba
Juan David Porras Santana
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