El 12 de mayo de 1983 fundamos EDICIONES
JURISPRUDENCIA DEL TRABAJO quien a la postre sería la OJDT- ORGANIZACIÓN
JRISPRUDENCIA DEL TRABAJO – constituida por tres empresas dedicadas a la consultoría,
formación gerencial y asesoría en las áreas álgidas de una empresa en su
relación con el estado y sus trabajadores: laboral, seguridad social y tributario.
Ayer cumplimos 33 años de fecunda existencia. En un brindis austero- como lo
imponen los tiempos difíciles que estamos viviendo en el país- pero degustando una
champaña criolla- de Bodegas Pomar, otra de las excelencias de los productos Polar-- que en su versión Rosé está catalogada como de las mejores del
mundo – que orgullo para los venezolanos- y con las insuperables degustaciones
de mi hermana Mariela y mi sobrina Mariana. Disfrutamos de una sensible,
emotiva y cohesionada tarde caraqueña con una vista completa del nuestra
montaña mágica “el cerro Ávila “que de cerro no tiene nada, ya que su altura promedio
es de 2.000 metros sobre el nivel del mar, alcanzando los 2.750 metros en el
pico Naiguatá
Por esas extrañas casualidades de la vida, esa
mañana mi querida Dorita – madre putativa- encontró entre sus papeles una carta
que habíamos escrito mi padre y yo con motivo del eminente cierre de la gran
televisora venezolana Radio Caracas Televisión ( RCTV) escuela y pionera en américa
latina.
Se me ocurrió leerla en vez de hacer un
discurso – que de todas maneras improvisé, como me gusta hablar pendejadas carajo-
para que el alma de nuestra manera de ser quedara transparentada en la
significativa y deliciosa tenida. A continuación reproduzco su contenido.
Mensaje de fe a un consecuente suscriptor y amigo
RCTV (acrónimo de Radio Caracas Televisión), empresa que nos honra con su lealtad,
utilizando con la mayor consecuencia y por más de una década nuestros servicios
de información, adiestramiento y consultoría en materia laboral y de la
seguridad social, es –y lo decimos sin temor a equivocarnos- uno de esos
patronos que por encima del afán de lucro- muy justo por demás- anteponen el
bienestar, la salud y la seguridad de sus trabajadores a cualquier otro
interés. Basta ver su servicio médico, caracterizado por la mística, la
eficiencia, la entrega. Organismos como el INPSASEL pueden dar fe del grado de cumplimiento de las obligaciones
que con la LOPCYMAT
mantiene ese canal televisivo.
Nosotros, como
organización imparcial y objetiva, y como asesores de empresas e instituciones estatales y
privadas, estamos en condiciones de emitir un juicio desprejuiciado, certero y
veraz sobre la actitud apolítica y
totalmente ajustada a derecho de RCTV como patrono. Jamás, en las numerosas
consultas , en los talleres que hemos dictado sobre manejo de nómina, seguridad
y salud en el trabajo, prestaciones sociales, en fin, sobre los más diversos
temas relacionados con la gerencia del capital humano, recibimos de los
representantes de RCTV ningún tipo de advertencia previa, de insinuación ni de
sesgo a favor del patrono; por el contrarío, nuestros facilitadores y
consultores en múltiples ocasiones espetaban – sin consulta previa- un criterio contrario, y Ricardo Justo( Gerente de Capital Humano) nos
decía: carajo, me alborotaste el avispero, y una semana después, si había que
enmendar un error, éste no sólo era austeramente admitido, sino estoicamente
corregido. De allí la estabilidad, felicidad y paz laboral que uno constata en
esa empresa.
Insistimos en nuestra
condición de objetividad e imparcialidad, ya que el área de actividad nuestra
es sumamente sensible: el trabajo, y
nuestro enfoque, totalmente preventivo; por ello, así como le indicamos
criterios e interpretaciones a RCTV, lo
hacemos igualmente con VTV, Telesur, quienes también son excelentes
clientes de nuestra organización y
pueden dar fe de nuestro apego a la legislación, a la Jurisprudencia , a
la doctrina y a las prácticas sanas que
conllevan al equilibrio de las relaciones laborales.
¿Pero que nos motiva a
declarar esto?
En el momento difícil
que le toca vivir a gerentes, supervisores, empleados de ese medio,
consideramos que, al margen de posiciones políticas, late en la entraña de esa
empresa un espíritu que va más allá de las circunstancias y de los avatares, de
las rencillas, de la intransigencia; es la tracción de la sangre y del alma de
su gente que durante medio millón de horas de trabajo, ingenio, sacrificio han
mantenido una indeclinable vocación por lo que hacen, y eso en esta vida es
milagroso. ¿Saben cuántas empresas en el
mundo superan los cincuenta años de existencia? Menos de un 3% .
Y qué las hace
mantenerse vivas: ¿el lucro? No, son organismos vivos gracias a la calidad
humana de su gente, y eso las hace superar dificultades que para
otros son infranqueables. De allí que
somos unos convencidos de que por encima de las diferencias, mantener
viva una empresa, es no sólo un derecho y una obligación de alto contenido
humano, sino un compromiso transcendente, que es tanto más apreciable cuando se
dirige no sólo a los semejantes del presente, sino que se halla impulsado por
un amor de mayor calibre y relevancia: el amor al lejano, a las generaciones
venideras.
La persona de nuestro
Gerente General nunca olvidará que cuando contaba con apenas 18 años de edad, arponeó en Cabo Negro, Isla de Margarita, un mero de 183 kilos. Se sintió el gran
cazador, con un trofeo gigante que
exhibir. No le fue difícil, mediaban apenas 10 metros de profundidad
entre la víctima y el espejo de agua que
el victimario había roto para llegar a él.
Cuando
llevó a la playa, aquella mole inerte, se llenó de una gran tristeza, que los
pescadores locales y los bañistas no supieron comprender; todos lo felicitaban
y aupaban. Le obsequió la presa a los pobladores de Manzanillo, tal vez para
exculpar la pena, que en las profundidades de su alma lo abatía.
Al regresar a Caracas, indagó sobre
aquel maravilloso pez. El asombro lo invadió, y un largo trago de arrepentido
silencio sorbió: se enteró de que
crecía, a razón de un kilo por año, y que los Mayas lo adoraban por ser éstos Goliat,
los grandes testigos de la mar, y por ello lo llamaban ITAJARA: piedra de la
mar. Había matado a un ser de 183 años, le había robado un pedazo a la historia
del viento y de la sal.
¿No es acaso más cruel robarnos a
nosotros mismos y a esta gente maravillosa de RCTV, medio siglo de vida
palpitante, ahora cuando apenas –frente al tiempo transcendente- despunta el
alba de su promisoria y pletórica existencia?
Organización
Jurisprudencia del Trabajo
Juan F. Porras
Rengel
Juan David Porras Santana
Presidente
Gerente General
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