Quise hoy
entregarles tres poemas que considero representativos de tres momentos,
diferentes pero con el común denominador de la pasión por la mujer. Mañana, Dios
mediante publicaré otros tres.
LA MUJER DE MADEIRA
Sus venas como las levadas irrigan desde
adentro para ir más adentro
Esta mujer que en sus entrañas es volcánica,
en sus ojos transparenta las arenas africanas
A veces su alma es una caleta de Caniçal y
otras un punzón penetrante
Así es la mujer de Madeira, da tanto y recibe
tan poco.
En su insaciable infancia vivió dentro de un
helecho. Añoranzas, añoranzas
Esa es su raíz, que yo tuve la suerte de ver
y oír. Palpé su dicha y su tristeza
Es la vid de un extraño mundo lleno de voces
y duendes del Atlántico
Así es la mujer de Madeira, da tanto y recibe
tan poco.
Sus manos y sus pies guardan el extraño
secreto de hacer y deshacer
Allí está su poder. Como en las antiguas
mitologías y cosmogonías
Si la quieres poseer debes descifrar su
criptografía:
¿Por qué alguien que da tanto recibe tan
poco?
Porque todo le fue dado a esta niña cuando
Dios jugó sus dados.
MUJER Y ROSA CONTENIDO Y FORMA
“Los dioses han hecho
dos cosas perfectas:
la mujer y la rosa”.
Solón.
Solón.
La rosa tan ajena, tan ella
hasta que la mira una mujer
allí deja de ser para pertenecer
Hay una rosa exclusiva
para cada mujer
La mujer siente
cuando la rosa le corresponde
Así como cuando sus labios
se hacen arcilla moldeable
en la carne de los labios amantes
La rosa es el estallido
de todos los amores
que abren en su botón
la dicha del sí , te amo
Como tienen la misma levedad
Rosa y mujer no se entregan,
Están allí para nuestra
eterna perplejidad
Queremos devorarlas y no podemos
Puede más el amor por lo bello
Nos reducen del salvajismo
al total tantrismo blanco de la seda
Pienso en una rosa
La mujer que amo
sangro con sus espinas
roja , espesa , salobre
se hizo mía
mujer y rosa
hasta el fin de mis días
DANDO VIDA DESPUÉS DE LA MUERTE
Se despeña el río
desde las altas cumbres
Mis manos atenazan tu
cintura caliente
Y el agua nos golpea
fuerte y fría
Nos precipitamos con
el agua
que incorpora a sus
moléculas las nuestras
Somos río y el río es
nosotros
La vertical de la
inaudita cascada
Nos lleva al vórtice
de un extenuante remolino
el cual nos
demorará hasta la desesperanza
La vida pende
de mis manos y tu cintura
De pronto las aguas
son cálidas y lentas
Flotamos como viejos
y caídos cedros
uno al lado del otro,
meditabundos
El cielo es vegetal
repleto de aves ensoñadoras
La algarabía
contrasta con los silentes meandros
Las aguas ahora
turbias
son interminables
carreteras acuáticas de la selva
De pronto el
inconfundible yodo de la sal
Sé que se acerca la
desembocadura al mar
Los latidos retumban
en nuestros oídos
Y el encuentro de las
dos aguas es un contrasentido
El río no nos quiere
dejar ir, la mar nos reclama con furia
Exhaustos despertamos
a los tres días
Mar adentro, una
corriente de rumbo oeste
nos empuja hacia las
tierras del sol naciente
Tomados de las manos
nos entregamos
En franco descenso
nos acobija el zafiro
oscuro del agua profunda
abrazados caemos como
un barco que se hunde
Conscientes de que en
el fondo , corales y algas
como en un viejo
naufragio nos colonizaran
Juan David Porras
Santana
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