25 abr 2013
EROS
Para Adelaida López Marcos
Un día le supo desabrida la Casida del sediento de su Miguel
Se quiso revelar a su porvenir de muerte y su blonda catarata
Maldijo una y otra vez hasta que conjuró al arcángel de la luz
Quería conmover sin proponérselo, cantaría como una letanía
Hemorragia, cuanta sangre augusta manaba día con día
El cuero duro retorcía su oscura osamenta
Para que el brillo de los ojos la mostrara redimida
Curvó sobre su lomo las estrellas de la bóveda celeste
Con sus raigones hacía que las palomas echaran raíces
Como afrodita surgía de la espuma para sembrarse en la huerta
De la cual a los cuatro vientos maldeciría, maldeciría
Porque era una muerta que estaba viva
Juan David Porras Santana
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