No somos isla
más que para quienes nos ven desde el mar
QASIM HADDAD
Perdidos, siempre aspiramos
la isla de los aparecidos
Inalcanzable para los telúricos,
a la mano para soñadores
Amplias brazadas, dulce mi tonada
gritan las gaviotas enardecidas
los cantos rodados son el bajo continuo
Verde, muchos verdes peina el viento
Sobre el acantilado insiste el verde
hasta sumergirse en las bautismales aguas
Roja mi sangre en el arrecife por el bisturí
del jardín de un Edén confinado a la mirada
El trópico aquí tiene su morada
Lo que parece eterno cambia
Sin avisar, siempre sorprendiendo
Algo permanece fijo
para que reconozcas el cambio
Gravitan las aves marinas, están pintadas
El mundo sumergido respira con las corrientes
Grutas de agua dulce avenan subterráneas
son las entrañas que expían el diluvio universal
hacia el ancho mar que no las mezcla, las rechaza
Juan David Porras Santana
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