Ninguna obra literaria se conoce,
desde los Sumerios hasta nuestros días ,
que no esté contaminada del veneno poético
Adriano González León
Magia blanca bobalicona
Inútil poder, magia negra
El rechazo a que lo incomprensible
“ES MÁGICO”, cursi
Y la magia estaba en la poesía
Inocentemente ejercida
porque no presupone un truco
Cuando quiebras la realidad
a fuerza de exigentes pruebas
Nace la flor del más allá
El verbo trasciende la acción
Y una fe ciega le echa el guante
Cautiva de aquí en adelante
será un ave en la jaula de la poesía
Cantará sus voces escondidas
Jamás oídas, mil veces interpretadas
Sagradas como la agujas
que clavamos al Corazón de Jesús
cuando pecábamos obscuramente
y aquella mano sádica nos obligaba
a enterrarlas adentro , muy adentro
veíamos brotar su sangre
escuchábamos quejarse no por el dolor
sino por el daño que
nos hacíamos a nosotros mismos
Si con eso crezco, la magia echa raíces
No tardará en fructificar, el árbol lírico
La fuente inagotable de lo que no tenía nombre
y hoy mágicamente , el ave de la poesía lo canta
Juan David Porras Santana
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