De mi poemario Químicamente Puro,
la comprensión unitaria y el amor infinito de
mar y mujer
Creí haber
perdido todo,
hasta el mar.
Agotado a su sensible eco,
me convertí en su deriva;
insistiendo
en la oscura curva
de su mutabilidad.
No supe más
de la
predestinación de la quilla,
ni de la
ruptura del espejo de agua
en la inmersión por su vertical
Mujer y mar
son indisolubles
dentro de mi
costillar.
Si se agotó
el mar, mujer,
¿ por qué tu
siempre estás?,
como el
mascarón de proa
en los
naufragios de la eternidad
Solo seguro
del instante cierto,
persisto en vuestra ingravidez
Así son
ustedes, mar y mujer,
sellan mi
aliento en su abismo
una y otra vez..
Estupefacto
descubro que al bailar
contigo insensatez, me pierdo
de nuevo en
la canícula de los archipiélagos
desconocidos de altamar
Juan David Porras Santana
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