Por fin se hizo presente el tercer
Juan David que como el otro tigre de Borges le imponía la aventura indefinida,
insensata y antigua, de perseverar en buscar el que no estaba en el verso.
Hasta ahora con el Juan David que CREO QUE SOY y el que el YO quiere que sea, me defendí.
Ya aburrido de estar siempre en guardia, quise buscar al Juan David inocente,
al que todo lo sorprendía con la mejor buena fe y que recordaba haber sido
alguna vez de niño.
Lo creí muerto y enterrado. Cual
sería mi sorpresa cuando descubrí que
había estado presente a lo largo de mis 60 años e inclusive en los momentos más
difíciles, cuando me ahogaba, era él, avezado nadador, mi salvador que me llevaba
hasta la orilla, me resucitaba y se desaparecía para mantener su anonimato y
evitar que lo idolatrara, porque dejaría de ser niño, perdería su esencia y yo
dejaría de ser Juan David.
Maravillosamente este Juan David-niño-
no busca entender sino comprender, aun
cuando la noción de comprender es humanamente más compleja, de niño era la
manera de descubrir y asimilar el mundo real. Fui creciendo y se interpuso la
interpretación ¡Oh Magister! Cuanto perdí pero para funcionar en el sistema
necesitas “usar tu cabeza"y pierdes la inocencia porque lo que crees tu cabeza
no son sino repeticiones de repeticiones de muchas cabezas ajenas, cargadas y
“cagadas “de intereses particulares mezquinos, pretensiones, obsesiones, distorsiones de
esa realidad que tanto deseas desentrañar.
En este momento que comparto con Juan David,
el que creía muerto, me dictó este texto para ustedes apreciados lectores de manera de
que les sirva de brújula intuitiva sobre todo cuando navegando en el torrente
del existir, en tiempo de borrasca y estas les hagan perder
el rumbo – como tantas veces me ha sucedido- sino comprenden su situación, si no
simplemente entienden el peligro implícito, dejen el timón del barco en manos
de la intuición que como decía García Lorca del presentimiento es la sonda del
alma en el misterio , la que los llevará a puerto seguro .
De este niño a tu niño, con inocente amor
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