“Del agua estancada espera veneno.”
William Blake
El panal de miel no es dulce para él
Las abejas lo vomitan para su reina
Cuanta semejanza
entre tu dulzura y mi amargura
amor fiel
En aquel charco de agua lodosas
Cuando niños jugamos hasta desfallecer
En esta gruta de aguas cristalinas
que transparenta tu desnudez
pienso en aquella niña y no sé qué hacer
Tal vez melancólicamente
acariciar tu húmeda cabellera
Tal vez como un felino saltar sobre mi presa
Tal vez como el contemplativo que llevo en mí
Congelar el tiempo y el espacio
Hacer del amor ocio para eternizarte en mis retinas
No soportas mi indecisión y me exiges presencia
Que mi calor caliente la fría agua, que mis brazos
sean una hiedra en tu piel, y mi lengua voraz
escudriñe lo insondable,
que te muestre que en tu garganta
hay esquinas sin nombre
que nos entregan al placer
Me gritas, hombre soy mujer
No la mitología de bellezas idas y anodinas
Corporízate que me volveré una toxina
para tu cuerpo y una deidad para tu alma
No lo permitas, despertaras rodeado de huesos
Y aquel hombre que lo pudo ser
no es más que la milagrosa aparición
de una virgen que en una gruta creí ver
Juan David Porras Santana
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