A Ytan Cham
Cayó sobre tu espalda la llama de tu pelo
quemó la blancura su ondulación de fuego…
Enrique de Mesa
Siento que aproximarme es el vértigo
Que no sé distinguir frente a ti
ni el horizonte ni las fosas abisales
Eres la sabana donde se extravían los caballos
Siento que tomarte es aferrarme
como un náufrago a una costilla del barco
Anclado en la bahía espesamente verde
tu cabellera son berberiscos agitados
que caen llenos de pavor por el acantilado
Siento que hablarte al oído es el acto más intimo
es la fidelidad absoluta de una pareja de cisnes
Tú y yo somos escuchas absortos
De la explosión que prosiguió
al Dionisíaco nacimiento del universo
Siento que mirarte se parece más a olerte
A cada rasgo corresponde un aroma indescifrable
Pero que hace infalible mi olfato y como un león
en la noche africana te quiebro gacela turbada
Cuando más te amo, es cuando no te siento
Me invades como a un poseso
Que se resiste porque tiene pánico
Hasta que totalmente infiltrado
todo se gesta tan adentro
que parecemos dos espíritus tramando algo
Juan David Porras Santana
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