La poesía no quiere adeptos, sino amantes.
Pone ramas de zarzamora y erizos de vidrio
para que se hieran por su amor
las manos que la buscan
.
Federico García Lorca
Un colibrí cayó muerto en mi jardín
Mientras caía sus colores se desvanecían
Pero hacían un espectro en mi memoria
Era de tarde y llovía sin ganas
Como si llevara el ritmo de mi tristeza
Así son a veces mis taciturnas oquedades
Un colibrí suspendió el tiempo para mí
Pude ver más allá de sus vibrantes alas
Como la energía se hace luz
y la luz una paleta de colores eléctricos
Que llenaron mi alma de ganas de vivir
El abismo que separa tu amor del mío
Es tan objetivo que si lo salvo me muero
Desde nuestras orillas
en cambio parece que no hubiera vano
que todo tiene contenido porque hay amor
la distancia hace el extraño milagro
de unirnos para siempre
La primera cognición en tu vida
será tu trébol de cuatro hojas y tu desventura
todo lo que ocurra de allí en adelante
se encadenará a su naturaleza indefectiblemente
así ames con la locura
o simplemente como yo
mires a un colibrí detenerse
Juan David Porras Santana
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