La vida fuente de caprichos, jugó su carta más segura en esta criatura
Puso en el vientre de Josmari, lo mejor de Félix y su mujer, su sueño biológico y su eterna quimera
Cuando lo hacían, ellos lo decidieron todo, no consultaron oráculos
Una suerte de impulso sobrehumano configuró a su ser y su devenir
De mente y pensamiento firmes como sus orígenes griegos lo hará: El Protector
De corazón independiente perseguirá lo profundo y complejo del ser
Por eso se llama Alejandro Gabriel, un magno arcángel que la tierra
necesita como nunca para sobrevivir.
Por eso cada paso en su evolución intrauterina fue la certeza del
designio de sus padres
Edad gestacional, latido cardíaco, colocación, tamaño, sexo, partes, órganos, osamenta y alma crecían con ellos y ellos con él
Aquel 9 de enero de 2012, no hubo sorpresas, sólo el instante cierto de Alejandro Gabriel, cuatro kilos y cincuenta y cuatro centímetros
Como esculpido por Miguel Ángel, no se dejó nada al azar.
La criatura era una sonata de piano para cuatro manos, que esa tarde.
Félix y Josma la ejecutaron con técnica, expresión, y pasión, pues habían compuesto un Himno a la redención.
Dora Pacheco Ospino y Juan David Porras Santana
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