Húmedo, umbrío el claroscuro descompone
las figuras que desde la entrada Durero atisbó
Musgos y breves helechos pululan la gruta
Nuestras manos entrelazan vapores y humores
Somos los nazarenos del renacimiento más puro
Me lames las heridas de Cristo bajado de la cruz
Te ves tan queda tan sumisa porque estás de espalda
Volteas y tu mirada catatónica me dice del trance
entre el espíritu sagrado y la crepitante carne
Tu lengua llena de mi sangre invita al yo salvaje
Con mal de rabia y amor nos desgarramos
Durero que ha descendido tantas veces
no captura el momento de amor y horror
Tuvo que pasar tantos siglos para que las pupilas
del Triegel ateo capturase la crudeza de Dios
Juan David Porras Santana
Muy hermosa.
ResponderEliminarBella!!
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