Me afinco desde la rabadilla
Y siento como se desliza la vida
Placer tras placer, hondo, hondo
Empuje y contramarea, reflujos
No hay intentos sino certeros dardos
Te hicieron desde el arco relajado de tus pies
Los pliegues se tornan concéntricos
Y como los jardines colgantes
se desparraman tus dedos
¿Por qué me produce una contracción en la ingle?
Verlos desnudos como los médanos blancos
¿Por qué cuando te calzo siento que entro en ti?
¿Estaré enfermo o simplemente mi deseo es helénico?
Grecia prefiguró la belleza femenina en el arco de tus pies
Atávico hallazgo en mis genes
Mi bálano está rojo
al constatar que las venas azules se quiebran
en el rosado porcelana de la planta de tus pies
Penetro y tus dedos se abren como un Abanico de Venus
Verlos me enciende el rostro y mi quilla hiende
En el acuoso mundo de las mucosas de Sodoma y Gomorra
Tus pies son el remate de un tambor africano afinado en re
Te calzo y descalzo una y otra vez
Cuero y piel producen el sonido de un sórdido quejido
Comenzamos otra vez como si fuese la primera vez
Despunta el alba te vistes
y te calzo amo el olor a naranjos en flor de tus pies
Juan David Porras Santana
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