19 may 2014
OBSECUENTE REDENCIÓN
Tibia sobre la hojarasca
palpita la ofrenda del depredador
para con la vida y la muerte
No había distinción, un solo aliento
que ensancha al inquietante universo
Realmente en la existencia no hay rendición
Tampoco gloria, ni triunfo, todos nos asechamos
Unos con tácticas de sumisión otras con fiereza
Está desapareciendo la vida
Ingrávida polinización
Enervante abejas, eran el flujo vital
Mientras florecen traslúcidas en lo austral
a las irukandji, temible avispa del mar
desapareciendo al más temible de todos: Homo Sapiens
Un jazmín forja sobre la tierra
una coraza de belleza,
frente al oscuro latido de tu vientre
que parirá al que con su luz
quebrará a los opuestos
que son uno y nada más
Juan David Porras Santana
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