Largas noches de aquellas mis memorias
Innumerables, felinas de garras y colmillos
Resistida sólo te tentaba el ocio y la malicia
Provocar lo prohibido, tentar a la maldad
Sabías de mi miopía para la codicia
Siempre deseaste dominar lo de los demás
por el puro placer de quebrar voluntades
Perfidia en tu aguijón y su gota de veneno
Mórbida te deslizas entre las sabanas
Bífida tu lengua hurga en remotos
territorios dónde lo erógeno reina
y la frontera se consume entre el bien y el mal
No quieres jugar, ni fantasear, me quieres
serpiente que te ofrezca la fruta prohibida
Quieres ser desterrada, estigmatizada
hay tanto que probar y el mundo ajeno se dilata
Juan David Porras Santana
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