A Pajarita por los favores recibidos
Muerde el mediodía las antiguas arenas
que alguna vez fueron fondo de altivo mar
Sobre ellas un crótalo se inmortaliza
mientras vaga sobre las dunas haciendo S
En una gran cueva un oso pardo hiberna
La primavera lleva sus cupidos perfumes
Remontan los raudales, rosados salmones
Los osos despiertan aletargados
Bajo las equinocciales llamaradas
Hacen filas las palmeras, son el frente verde
de una realidad que todo lo cuece, salmuera
Una ostra perlera muestra la última perla negra
La anaconda macera un caimán en el vientre
Los garceros preñados de plumas rojas y blancas
En la lontananza al galope el espejismo de un llanero
Los verdes morichales salpican las extenuadas llanuras
Y el hombre piensa en la mujer como quimera
la aparta de su mente para continuar con la faena
vuelve a su mente bajo la sombra del apamate
se confunde la flor morada con la vulva encendida
Juan David Porras Santana
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