A Olga Sain
El fondo de sus ojos lo cruzan relámpagos, lloraré
Su mirada traduce orgías, noches sin fin, alegorías
Sus lágrimas son las de Chopin, enamorado, nocturnos
En las órbitas oculares quedan huellas de sus actos desmesurados
Tiene tantas formas de mirar como estados de su alma
Comunica y cuando respondes con tu mirada te esquiva
Sólo quiere compromisos con su álter ego, así lo decidió
Por eso en el fondo de sus ojos, sólo allí, tienes que leer
Serás sobrellevado por el rojo de una hoguera que no cesa
No tendrás fuerzas, irremediablemente serás su presa
Te abandonarás a su voluntad que hará de ti lo que no sabías que eras
Te expulsará de su gravedad cuando sienta que no das para más
Siéntete dichoso, pocos tienen el privilegio de haber estado allí
Dónde convergen dos poderosos afluentes: la santidad y el pecado
Juan David Porras Santana
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